El Ayuntamiento de Toledo estudia las alternativas al tráfico por las obras de reforma del edificio de la Delegación del Gobierno, en plena Plaza de Zocodover. Los trabajos deberían haber comenzado ayer, pero podrían retrasarse a finales de mes.
Por lo pronto, el Consistorio se reunió ayer con las distintas asociaciones de vecinos de la ciudad para explicarles su propuesta para el traslado de la paradas de autobuses urbanos del entorno de Zocodover a la calle Gerardo Lobo. El concejal de Movilidad, Iñaki Jiménez, fue el encargado de presentar las alternativas, abriendo la puerta a las propuestas de los vecinos.
Las obras de la Delegación del Gobierno pueden alargarse por un plazo de dos años, y durante ese tiempo se tiene que levantar un andamio voladizo para el arreglo de la fachada y sus balcones que impide el tránsito de los autobuses urbanos por Zocodover. Esto supondrá el corte de uno de los carriles de la plaza.
La intención del Ayuntamiento es que los autobuses urbanos lleguen a Gerardo Lobo para poder utilizar el remonte mecánico hasta Zocodover. Para que los buses puedan aparcar en la zona se planea eliminar provisionalmente las placas de aparcamiento de zona verde (residentes) que hay en uno de los lados de la calle, manteniendo las plazas en el lado contrario.
En la zona suprimida se estima que puedan aparcar unos siete autobuses urbanos, que accederían hasta Gerardo Lobo por Puerta Bisagra y saldrían en dirección a ronda del Granadal.
Para que la llegada de autobuses sea escalada se plantea que algunas líneas sufran algunas modificaciones mínimas en sus frecuencias, aunque este punto todavía no está del todo cerrado por parte del Ayuntamiento, quedando abiertos a las propuestas de las asociaciones de vecinos.
Por Gerardo Lobo, mientras duren las obras de la Delegación, no podrán subir los vehículos; tan solo vecinos de la zona y taxis.
Las obras de la Delegación del Gobierno cuentan con un presupuesto de 9,7 millones de euros, y para las mismas se instalará una grúa de 47 metros que obligará a retirar por dos años la escultura de Cervantes junto al Arco de la Sangre.