José de Jesús considera una «farsa» las palabras de Otegi

Leticia G. Colao
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El padre de José Ángel de Jesús, guardia civil talaverano asesinado por ETA en el año 2000, lamenta el protagonismo a los terroristas y recuerda que siguen vivos en las instituciones.

José de Jesús considera una «farsa» las palabras de Otegi - Foto: Manu Reino

Se cumple una década desde que la banda terrorista ETA anunciara el «cese definitivo» de su acción armada. En estos días, se recuerda una y mil veces la historia de terror dejada en el País Vasco extendida a España en sus innumerables ramales de violencia. Talavera no fue ajena a este dolor y, aunque no fue el único, sufrió el asesinato del joven Guardia Civil José Ángel de Jesús Encinas, con tan solo 22 años.

Su familia vuelve a revivir estos días las jornadas más dolorosas de su vida. Fue el 20 de agosto de 2000 cuando una bomba-lapa puesta en el vehículo de la Benemérita de Sallent de Gállego (Huesca) explotó sesgando la vida del talaverano y de su compañera, Irene Fernández, de 32 años y la primera mujer de la Guardia Civil que murió a manos de ETA.

Los recuerdos del horror y la desolación se mezclan con la indignación con la que conviven desde entonces. José de Jesús, padre de José Ángel y también Guardia Civil, ya jubilado, no entiende que los terroristas sigan teniendo tanto protagonismo ante un aniversario que no cree real. «No lo tengo ni en cuenta, es otra pantomima más como la que hicieron hace 10 años», comenta a La Tribuna.

Reconoce que han dejado de matar, «y ojalá no vuelvan a hacerlo porque no quiero que nadie sufra y tenga la agonía de que le asesinen a un hijo», pero recuerda que no se han desarmado y siguen vivos en las instituciones. Así, considera que la banda ETA «sigue existiendo, todo es una pantomima y una farsa, y ahora están metidos en el Congreso de los Diputados».

El corazón se le revuelve cuando habla de Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu y ex miembro de la banda ETA, que en los últimos días ha mostrado su pesar por todo el sufrimiento generado por los terroristas. El padre de José Ángel tampoco se cree su discurso, más aún cuando al día siguiente condicionó la aprobación de los PGE al apoyo de su partido a la salida de 200 etarras de las cárceles o su acercamiento al País Vasco. En cuanto al perdón, «no lo ha pedido», explica, «ha hecho un enredo de palabras, ni ha pedido perdón ni se arrepienten de nada de lo que han hecho».

Si realmente estuvieran arrepentidos de más de 40 años de asesinatos a gente inocente, «deberían colaborar con la Justicia y ayudar a resolver los más de 300 asesinatos que aún no se han resuelto», asegura.

La rabia se hace más fuerte en sus palabras mientras sigue recordando a Otegi. No se olvida que en algún momento se refirieron al ex etarra como «hombre de paz», definición que le provoca risa. «Aquí no ha habido ninguna guerra para que a él le llamen hombre de paz, aquí hubo unos pistoleros, los que tenían las armas, los que sembraron el terror en España sin dar la cara; los demás hemos puesto la nuca y los coches para que nos asesinaran».

Política. La presencia de antiguos dirigentes y miembros de ETA en la vida política es algo que incomoda a la familia de José Ángel, como al resto de víctimas de la banda terrorista. Explica que ahora buscan conseguir a través de las instituciones, lo que no lograron con las armas. Y lo hacen «con privilegios», explica indignado, como la posibilidad sugerida por Otegi de que saquen a 200 presos de la cárcel para dar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado.

De Jesús se muestra especialmente crítico con el Ejecutivo de Pedro Sánchez y dice creerse que esto pueda ocurrir. «No me extrañaría nada, me espero cualquier cosa de esta gente con tal de seguir en sus sillones».

Asimismo, recuerda a políticos de los diferentes gobiernos, unos y otros, que «ETA se rindió y entregaron las armas porque estuvieron acorralados totalmente por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», a quienes quiere dar todo el protagonismo, «por lo que no vengan ahora vendiendo milongas».

Más allá de aniversarios y fechas significativas, aunque estas sean ya historia de España, la familia de José Ángel continúa a diario con su dolor crónico por el asesinato de su hijo a manos de unos terroristas, y de la violenta forma en la que se produjo.  «Nuestro hijo no murió, lo mataron, unos cobardes le arrebataron la vida, sin más, y nosotros desde entonces estamos muertos en vida».

La vida sigue, y aunque continúa siendo difícil 21 años después, «te tienes que concienciar, levantar la cabeza y salir para adelante de la manera que sea, no hay otra alternativa». En este caso las efemérides, por importantes que sean, pasan desapercibidas.