Volar un dron en zona urbana puede costar muy caro y no por el hecho de que la operación en sí sea costosa, sino porque es obligatorio cumplir una serie de requisitos, entre ellos, contar con la autorización de AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, como marca la normativa española vigente. Si bien, el Ayuntamiento de Toledo se enfrenta a una posible sanción de 4.500 euros por un vuelo que se realizó tras las nevadas de Filomena sin cumplir con los requisitos exigidos.

En principio, la Policía Nacional, conocedora del caso en su momento, mantiene abierto un expediente sancionador contra el Ayuntamiento de Toledo por este motivo, puesto que un arqueólogo municipal realizó un vuelo con dron por la ciudad tras las nevadas de Filomena en enero de 2021, con lo que la administración es la responsable en el caso de que finalmente la resolución conlleve una multa.

El caso lo dio a conocer esta mañana la responsable de Seguridad Ciudadana, Inés Cañizares, tras la puesta de largo del dron que dispone la Policía Local para tareas de vigilancia y otras propias de sus competencias. En este sentido, el aparato que está operativo desde hace meses necesitó medio año para la obtención de permisos y preparación de los pilotos acreditados para su uso. 

La utilización de drones está estrictamente regulada desde hace tiempo, aunque de vez en cuando la Policía Nacional caza alguna de estas aeronaves que se saltan la prohibición de volar en suelo urbano. Ya ocurrió en Toledo durante las reuniones informales que la Cumbre Europea mantuvo en la ciudad a finales de agosto. 

En esta ocasión, los efectivos requisaron seis drones, identificaron a los pilotos y se incoo un expediente sancionador a cada uno de ellos por dos motivos, por vulnerar la prohibición de volar en entornos y urbanos y por hacerlo mientras había una restricción del espacio aéreo vinculada a las reuniones de la Unión Europea.