Siete orejas a un buen encierro de Baltasar Iban

Dominguín
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La novillada quedó en un mano a mano por la lesión in extremis de Brandon Campos. Posada de Maravillas y Álvaro Lorenzo salieron triunfadores de la plaza en hombros

Siete orejas a un buen encierro de Baltasar Iban - Foto: Dominguín

Cosas que tiene el toro y el destino lo que deparó ayer la segunda novillada del ciclo del ‘Alfarero de Oro’ en Villaseca. Los actuantes liados con el capote de paseo en el patio de cuadrillas, todos menos uno, el novillero Brandon Campos que estaba siendo revisado por el equipo médico de una lesión que había tenido el día anterior. Pero de la noche a la mañana Campos no pudo comparecer, con el sorteo de los novillos hecho y todos esperando el pañuelo del presidente la escena del festejo cambió por completo e hizo asumir a los dos novilleros restantes los utreros de su compañero.

De terna pasa a un mano a mano en un abrir y cerrar de ojos y los novilleros deben asumir y cambiar la concentración para enfrentarse cada uno a tres reses.

Posada de Maravillas y Álvaro Lorenzo dan el paso adelante in extremis ante un encierro de la divisa madrileña de los herederos de don Baltasar Iban de encaste contreras y de serias hechuras. El público se sorprende al iniciar el paseíllo hasta que se dan cuenta de la situación obligada en la que ha quedado el festejo. Un espectáculo que repite por segundo día consecutivo su valor fundamental que es la presentación del ganado y sobre todo la buena condición de casi todos sus bureles que han sido bravos en todos los tercios, llegando el quinto de la tarde a derribar en dos ocasiones al picador y al caballo.

Abrió plaza por obligación del cartel Posada de Maravillas quien demostró su buen corte de torero componiendo en todo momento su figura tanto en los momentos de embroque con sus enemigos así como cada vez que iba o salía de la cara del toro. Tras brindar su primer oponente al banderillero Vicente Yangüez ‘El Chano’, Posada se doblo con él consiguiendo que se fijase en la pañosa y poder echársela sin miramientos a su mano zurda. Así con gran plasticidad comenzó a torear al natural donde consiguió gran acople y conexión con el respetable. Solo se echó en un par de tandas la muleta a la mano derecha para conseguir recetarle templados derechazos, pero el novillero volvió al trasteo al natural rematando las tandas con encajados pases de pecho. Buen y artístico final de faena que culminó con una estocada entera que le valió la primera oreja de la tarde.

En su segundo novillo, Posada de Maravillas destapó su tarro de las esencias personal recibiendo al novillo con un ramillete de verónicas culminadas por una media muy templada. La buena condición del pupilo de Baltasar Iban, fue vista de forma prodigiosa por el torero quien comenzó sin probaturas su trasteo con una tanda de muletazos largos y por bajo. Otra vez su mano prodigiosa fue la izquierda y otra vez al natural encandiló al público de Villaseca. Su manera de estar enfibrado con el novillo, buscando siempre la plasticidad y toreando de verdad sin rehuir fueron calando más y más en el respetable que estaba entusiasmado con Maravillas. Supo finalizar el trasteo con plasticidad y pureza lo que tras una estocada entera le valió para pasear las dos orejas del utrero.

Su tercer oponente pocas opciones dio al novillero, quizás el de menor condición del encierro que llegó a derribar en dos ocasiones al caballo de picar poniendo en apuros a picador y toreros. Cuando Posada de Maravillas cogió la pañosa el novillo estaba totalmente cambiado y no le dio posibilidad de lucimiento al novillero que puso empeño en la labor sin poder redondear la tarde como le hubiese gustado. Silenciada labor que no ha emborronado una actuación exitosa y entonada de un buen novillero que demostró en Villaseca porque está en lo más alto del escalafón.

Su compañero del mano a mano fue el toledano Álvaro Lorenzo que ayer hizo su tercer paseíllo con los del castoreño, encontrándose en un abrir y cerrar de ojos con tres utreros para despachar. Medido y desconfiado comenzó la labor con su primer novillo con el que no se acopló en su recibo capotero. Luego con la muleta en la mano intento doblegar las arrancadas del utrero con un comienzo comedido y sin comprometerse. Su labor se basó en tirar del animal en línea recta sin encajarse con su enemigo no consiguiendo de principio conectar con el tendido. El buen concepto que tiene el torero toledano no se dejó ver en esta ocasión pues su faena fundamentalmente se basó en un toreo que no comprometía y solo llegaba a acompañar a su enemigo con los hombros hacia adentro, labor que queda poco vistosa y no le da el valor que podían tener los muletazos templados que le dio al animal. Mató a su primer enemigo de una casi entera que le valió para que le fuese concedida una oreja.

Algo más decidido se fue a por su segundo enemigo recibiéndole esta vez en los medios rematando su labor con una buena media verónica. En su trasteo fundamental comenzó con muchas dudas y sin conseguir al principio entonar la faena, muchas probaturas y confianza en poder desarrollar las buenas iniciales embestidas del novillo de Iban. Según fue desarrollándose la faena. Lorenzo fue calentando al público que entró en el trasteo fundamental que le recetó. La pena fue que el novillo cantó la gallina, se rajó y se encerró en tablas haciendo que el novillero tirara de repertorio para conseguir encandilar a los asistentes. Pinchazo y estocada que le valió otra oreja que paseó por el ruedo.

Tenía que enmendarse con el sexto y así fue, Álvaro Lorenzo salió a por todas en un recibo capotero pero el novillo no le dio opciones de lucirse. Comprometido tercio de banderillas donde el utrero prendió por la taleguilla al torero de plata Jesús Alonso ‘Chule’, que afortunada mente quedó en un susto. Vio el toledano la buena condición del animal y comenzó el trasteo doblándose por ambos pitones en tablas lo que a continuación le hizo coger la muleta con la diestra y empezar a torear de manera templada al burel entrando con el público cuando le remató la segunda tanda con un soberbio pase de pecho. Pero la buena condición del de Baltasar Iban estaba por el pitón izquierdo y fue por ahí, por donde Lorenzo lo ligó en decenas de muletazos largos y templados, rematados con pases de pecho de pitón a rabo. Mató de estocada entera lo que le valió para que el presidente le concediese las dos orejas del bravo novillo.