La mañana ha amanecido gris, plomiza, en las calles del Casco. La intranquilidad en el entorno de Santa Leocadia por la aparición de cuatro personas muertas en una vivienda ha ido mutando a lo largo de las horas en pesadumbre por la desgracia de cuatro desconocidos, aunque también con cierto grado de alivio, al irse propagando la hipótesis de que todo parece un accidente. No ha sido un acto violento.
A lo largo de la mañana, y a falta de más información, el suceso ha sido protagonista en los mentideros del Casco. Pasado el desasosiego inicial, los vecinos se mostraban sorprendidos y comenzaban ya las especulaciones sobre la identidad de los fallecidos, así como la que ya se da como segura causa de su pérdida. Todo ello, unido a la humana pesadumbre ante una desgracia de este calado.
La noticia se ha difundido rápidamente por la ciudad desde que los cadáveres aparecieran a última hora del martes. Aunque el hecho de que en redes sociales se haya propagado pero no se haya comentado demasiado ya es signo de cierto grado inicial de desconcierto, pero también de que no eran personas conocidas en la ciudad. Así lo han ido confirmando los vecinos. Eran agradables, saludaban por la calle, pero las cuatro personas encontradas fallecidas en una vivienda de Santa Leocadia el pasado martes por la tarde no se relacionaban demasiado con su entorno. Se trataba de una pareja y dos varones de fuera de la ciudad y de entre 50 y 60 años, que estaban subarrendados en una vivienda barata. El entorno apunta que eran educados pero no parecían relacionarse más allá por la zona.
Sin violencia. Dado que la causa que de momento parece más probable para la muerte de estas cuatro personas parece una intoxicación por monóxido de carbono procedente de una estufa, los vecinos están más aliviados. No ha sido un acto violento, como otros históricos en la ciudad, que provocaron mucho nerviosismo, como la muchacha encontrada en el torreón de San Martín o el asesinato de un guardia de seguridad de un aparcamiento hace décadas.