Los alcaldes de la provincia se desviven desde el día 3 por la noche por ayudar a sus vecinos. Recorren las calles, atienden a unos y a otros y temen el bajón posterior por tanto desgaste psicológico. Pero uno de los regidores de los municipios afectados permanece alejado de la localidad desde la víspera de la DANA. La ausencia ha agitado a los vecinos; tanto, que la Alcaldía de Villaluenga de la Sagra ha emitido un comunicado para explicar la situación de Carlos Casarrubios. La tormenta golpeó duramente la localidad, y el Consistorio ha repartido comida entre los afectados, repartido agua y dado alojamiento en el Centro Social Polivalente a los más necesitados.

La Alcaldía justifica la ausencia porque estaba programada mediante un decreto firmado por Casarrubios el día 1. Entre el 2 y el 12 de este mes, la teniente de alcalde, Verónica Muñoz, asumía el cargo con una delegación de las obligaciones y deberes del cargo durante la ausencia. «Antes, durante y después de la DANA, Verónica Muñoz ha sido nuestra alcaldesa, trabajando sin descanso por y para nuestro pueblo en estos difíciles días, asumiendo la gestión de la crisis y trabajando por el bien de nuestros vecinos», subraya el comunicado.

A continuación, detalla que Casarrubios se encuentra lejos del pueblo. «No ha habido un solo momento, ni una sola decisión de las tomadas durante estos días en las que él no haya participado, apoyando a la alcaldesa en funciones, a sus compañeros concejales y, por supuesto, a los vecinos. Y aunque no haya podido estar físicamente en Villaluenga, sí lo ha estado desde la distancia, y por supuesto, de corazón, sufriendo por sus vecinos», justifica el comunicado.

La alcaldesa en funciones describía dolorosamente las consecuencias de la DANA ante de la publicación del comunicado de justificación de la ausencia del alcalde. «No hay palabras para describir el desastre que estamos padeciendo. El dolor que sentimos al ver nuestro pueblo destrozado, vuestras casas arrasadas, al escuchar las terribles experiencias vividas desde la noche del domingo», revivía.