Cada vez vivimos más. No es una frase hecha. Ni siquiera una exageración. Se trata de una realidad que reflejan las estadísticas: las esperanza de vida de los españoles si situó en 2022 en los 83,07 años. Esto hace que un seis por ciento de la población de nuestro país esté formada por personas mayores de 80 años. Un porcentaje que se incrementará con el paso de los años. De ahí la importancia que cobran los cuidados y la atención a los mayores, con el foco puesto de manera especial en las residencias, convertidas ya en un servicio esencial y cada vez más demandado. «Las necesidades crecientes de las personas mayores se deben atender por un sector en constante evolución. Los cuidados han cambiado en los últimos 30 años y hay que adaptarse», remarcaba el presidente de Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), Juan Abarca, durante la presentación del informe Observatorio del sector sociosanitario privado que centra su mirada en este sector. 

Entre los datos de este informe, la Fundación destacó que el sector privado cuenta con el 70 por ciento de las residencias y el 74 por ciento de las camas para el cuidado de mayores, «lo que aporta sustento para facilitar la calidad de vida de nuestros mayores». «Por ese motivo, es fundamental realizar una apuesta decidida por el trabajo conjunto entre el sector público y privado para abordar las disparidades en la disponibilidad de plazas residenciales, reducir la presión hospitalaria y la ocupación de camas en el Sistema Nacional de Salud», señaló Abarca. 

En la misma línea se pronunció la directora general de la Fundación IDIS, Marta Villanueva, al señalar que «el acceso a plazas residenciales adecuadas y de calidad es un aspecto crucial para garantizar el bienestar de los mayores, que además en buena medida enfrentan problemas como la vulnerabilidad y la policronicidad. Por lo tanto, es esencial trabajar conjuntamente entre los dos ámbitos de provisión».

Cualificación

Otra de las necesidades que plantea el documento es la necesidad de las residencias de contar con el personal adecuado, tanto en número como en cualificación. «Este sector tiene que hacerse atractivo para que el personal cualificado quiera trabajar aquí», señaló Amutio sobre esta cuestión.