Un estudio 'desnuda' los muros del Tránsito

J. Monroy
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'Una nueva mirada a la Sinagoga de Samuel ha-Leví' es un compendio arqueológico y documental del templo, pero además marca las claves para continuar el trabajo a futuro

Un estudio ‘desnuda’ los muros del Tránsito - Foto: David Pérez

La Sinagoga de Samuel ha-Leví, popularmente conocida como Sinagoga del Tránsito por su posterior uso cristiano, es sin duda uno de los edificios más emblemáticos de la Edad Media peninsular. En la actualidad el edificio es la sede del Museo Sefardí de Toledo. Sus muros han sido testigo de cambios y transformaciones desde su construcción en el siglo XIV hasta hoy. Algunos de esos avatares han podido ser documentados, pero otros muchos permanecen todavía escondidos en el discurrir secular de la historia. Con el objetivo de arrojar luz sobre estos capítulos ignotos, en los últimos meses los muros de la sinagoga han sido estudiados con metodologías científicas que hasta el momento no habían sido aplicadas al análisis del edificio, permitiendo una lectura e interpretación diferente y actualizada del mismo.

El Ministerio de Cultura y Deporte ha publicado este verano este completo nuevo estudio del inmueble, coordinado por Raquel Lozano Martín y Guillermo de Rojas, bajo la dirección de la responsable del museo, Carmen Álvarez. 'Una nueva mirada a la Sinagoga de Samuel ha-Leví. Estudio arqueológico, documental y analítico' es un compendio arqueológico y documental del templo, pero además marca las claves para continuar el trabajo a futuro.

Conclusiones. Una de las conclusiones del estudio es que el hejal o muro este, tras el que se guardaban los textos sagrados de la Torá, ocuparía todo el frente de la sala principal. Se han podido definir tres de sus límites del muro, pero no la dimensión de su profundidad dado que hoy es la zona exterior del edificio, afectada por múltiples intervenciones posteriores.

En frente, el estudio concluye que los vanos (o huecos) de la fachada occidental, elementos que motivaron en un inicio el mismo, no solo son originarios, sino que formarían además parte de una tribuna occidental con acceso independiente desde el vestíbulo sureste. Los últimos vestigios de esta tribuna, las cabezas de las vigas de su suelo y los mechinales que las albergaban, fueron eliminados hace tan sólo treinta años.

El estudio también ha afectado a la secuencia constructiva de la nave norte. Allí las fábricas de cada fase difieren claramente de la obra original y permiten distinguir dos construcciones añadidas al cuerpo principal de la sinagoga, la segunda conocida tradicionalmente como Archivo. La primera de ellas había pasado, sin embargo, desapercibida hasta hoy.

Por último, los resultados de los análisis realizados con técnicas láser nos indican un paralelismo en cuanto a la composición de las yeserías de las diferentes zonas de la sinagoga estudiadas y de las muestras procedentes de excavaciones realizadas en el museo.

Próximas investigaciones. Sin embargo, continúa el estudio, las lagunas informativas que quedan por cubrir son todavía muy numerosas y deberían constituirse en los años venideros en los retos para futuros proyectos de investigación, intentando conjugar las transformaciones de las dos identidades diferentes por las que transita el edificio: como monumento y como museo.

Para ambas identidades, las conclusiones ponen de manifiesto la necesidad de realizar una planimetría arquitectónica completa y adecuada, lo que nos permitiría no solo contextualizar todas las intervenciones identificadas, sino también monitorizar el estado de conservación de los diferentes elementos con la realización de ortofotos de los muros tanto interiores como exteriores.

El trabajo ha resuelto diversas dudas, a la vez que ha aportado numerosos datos válidos para completar la interpretación del edificio; pero también ha abierto nuevas cuestiones, al poner de manifiesto la necesidad de acometer nuevas actuaciones para resolver problemas que previamente se consideraban ya resueltos.

Sus conclusiones destacan que este proyecto responde a la toma de conciencia «de la falta de conexión entre las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en el museo y sus zonas aledañas (patios), además de una falta de documentación importante, tanto de las actuaciones arqueológicas como de rehabilitación de los muros del edificio». Un desconocimiento que provoca la pérdida de información y resalta la falta de un concepto holístico del edificio, lo que se ha traducido en errores de interpretación que han provocado la desaparición de elementos originales que no se entendían como tal cuando se ha actuado sobre el conjunto.

Además, el estudio ve imprescindible garantizar la accesibilidad a algunas partes del edificio, como sería el trasdós de la techumbre. Esto permitiría completar los resultados aquí expuestos, así como acometer correctamente las acciones recogidas en el Plan de Conservación Preventiva (2021) relativas a la estabilidad de los muros, así como las intervenciones de mantenimiento en la techumbre y las yeserías, garantizando una mejor conservación de todo el conjunto.