Toledo se encuentra en un momento crucial para definir su futuro y está pendiente de la redacción del Plan de Ordenación Municipal (POM). ¿Cómo es el Toledo que sueña?
Sueño con un Toledo equilibrado entre sus barrios y con un centro histórico que salga del estado de abandono y de deterioro en el que se encuentra, sobre todo, de abandono poblacional y de actividades porque únicamente hay turismo, que se extiende y aumenta de manera caótica y desorganizada.
Se está generando una presión sobre la ciudad que sobrepasa a menudo su propia capacidad y aunque el proceso viene de los años 80 se ha ido deteriorando hasta la actualidad. Y desde la gestión de este Ayuntamiento en 2015 no ha habido ninguna mejoría. No hay más que preguntarle a los vecinos y residentes que tienen esa sensación de abandono.
Con los barrios ha pasado lo mismo, algunos están en una auténtica situación de perversión y decadencia, como Palomarejos, pero otros están perdiendo población mientras la filosofía que hay en Toledo es crear espacio urbano cada vez más lejos y más distante del interior de la ciudad, dentro de un contexto de ciudad con un urbanismo despilfarrador. Toledo tiene muchos problemas, pero no se han abordado con decisión y ahora en campaña electoral sorprende que se vayan a resolver muchas cosas... Pero falta un plan de ciudad, una frase calcada de mis discursos que se está cogiendo, pero está vacía.
Por lo que dice, ese avance del POM que se publicó en junio le gusta poco, ¿verdad?
No me gusta ni mucho ni poco, pero un avance de plan se hace con previsiones demográficas serias, pero ahí no están, y lo mismo ocurre con los horizontes poblacionales. Se juega con número de viviendas y de población, pero si se estudian en detalle se observa que el número de viviendas que hacen falta ya existe y no hay una previsión ni estudio serio en ningún momento. Ese nuevo plan únicamente resucita unidades de actuación que ya estaban previstas en el POM de 2007, aunque se reduce número de viviendas.
Para mí, lo más grave es pretender construir un barrio entero en La Peraleda, en una zona de valor ambiental que desde un punto de vista legal tiene muchísimos problemas por razones muy concretas. Se trata de una zona de protección de paisaje, también por el plan nuestro del 97, pero sobre todo por la Unesco, pero este ayuntamiento está empeñado en que se meta a Toledo en la lista de ciudades de patrimonio amenazado y el siguiente paso puede ser que nos quiten la calificación de Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Además, se sigue apostando por la creación de suelo urbano constantemente cuando ya lo hay y vacío porque hay zonas que tienen posibilidades de construcción y no se utilizan. Estamos en una situación grave y alarmante y no se hace nada.
Respecto a La Peraleda, el Ministerio del Interior ya dispone de esos 37.000 metros cuadrados para levantar el cuartel de la Guardia Civil, una ubicación que parece que ya no tiene marcha atrás.
No tiene marcha atrás en principio, pero se plantea en una zona de protección de la Unesco y rompe la visual de la ciudad, uno de los bienes protegidos por la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Tanto el Ayuntamiento como el Estado tienen la obligación de presentar ante la Unesco todas las actuaciones que se realizan en zona protegida, pero no lo hacen nunca. Al final, se construirá un cuartel, pero también habrá que ver qué dice la Unesco y si Toledo pierde la declaración, porque Dresde perdió la calificación en 2009 por la construcción de un puente y en el caso de Liverpool por muchas más razones la perdió en 2021.
Además, si se construye sería en zona inundable, a 170 metros del cauce del río y la legislación de Medio Ambiente, a la que no se presta atención aunque tiene prevalencia sobre la de urbanismo, apunta que es una zona de suelo no urbanizable por el Plan general que tenemos, con lo que se están incumpliendo una serie de elementos y razones que lo cuestionan. Los hechos demuestran un desprecio por los valores medioambientales y el patrimonio.
Pero la ciudad no está dando mucha batalla con este tema que usted denuncia con vehemencia.
La ciudad no es muy viva ni muy fuerte en la defensa de sus valores. La plataforma 'Toledo, sociedad, patrimonio y cultura' sí lo está defendiendo. Hay mucha alarma y hay que recordar que en Aranjuez las riberas del Tajo son Red Natura, un espacio de reconocido valor ambiental, que llega a cuatro kilómetros de Toledo, por tanto, esos valores, que también incluye la CHT, no pueden desaparecer en nuestra ciudad.
Al final son los ciudadanos los que tienen que decidir sobre su ciudad. Si los toledanos no saben defender sus valores medioambientales será su responsabilidad, pero también la de unos gestores que en su bagaje llevan años de abandono de la ciudad, sobre todo, del Casco, de las vegas del río y de Vega Baja.
¿Y el problema de que la sociedad no se mueva tanto como cabría esperar es por falta de información o inmovilismo puro y duro?
El desinterés en general por la ciudad puede ser cierto, pero también hay movimiento ciudadano, aunque sea pequeño. Hoy mismo está prevista una manifestación en defensa y recuperación del antiguo museo de Arte Contemporáneo por la alarma que ha suscitado mezclar la Colección Polo en ese espacio que estaba destinado al Museo de Santa Cruz y utilizar la colección de Alberto Sánchez como una forma de mejorar las entradas porque no entra nadie a ese museo tan pomposo.
Me escandaliza que teniendo la oportunidad de que nuestra ciudad fuera capital europea de la cultura en 2031, un auténtico revulsivo para todas las ciudades, Toledo no ha movido una pieza ni lo va a hacer. No pasamos de celebrar efemérides relacionadas con la ciudad, pero no hay una proyección de futuro de grandes acciones. Toledo está fuera de juego, está descolocada y las Corporaciones municipales tienen la obligación de resolver problemas y hacer apuestas de futuro, pero la actual está haciéndolas a última hora y con apuestas vacías.
Este Ayuntamiento nos deja dos gigantescos bloques a escasos metros del Circo Romano, unos proyectos de urbanización en la Vega Baja, y tres manzanas vacías en el Casco Histórico preparadas para la llegada de macrohoteles y de edificios para apartamentos turísticos.
¿Son suficientemente activas las instituciones toledanas que velan por el patrimonio en Toledo?
No. La Real Fundación, por ejemplo, tiene muy poca actividad respecto a lo que tuvo en el pasado en defensa de todos esos valores y una voz bastante callada. Y en el caso de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas ocurre lo mismo, de vez en cuando emite una nota, pero demasiado tarde como ha ocurrido recientemente con los macrohoteles.
Y en el caso de la Vega Baja, lo único que hay son fotos del presidente de la Real Academia con la alcaldesa dando consenso y apoyo a las propuestas municipales. En cambio, veo muy activas las instituciones de fuera, como la Real Sociedad Geográfica desde 2006, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando e Icomos, pero desde dentro de la ciudad hay una labor reducida, posiblemente porque son instituciones subvencionadas por la administración actual y eso les quita intención.
Sobre los proyectos hoteleros, el Ayuntamiento ha dejado en stand by los PERIM de Tenerías y de la Cava que pensaba sacar adelante viendo la presión política y ciudadana. ¿Es un primer paso para ese urbanismo respetuoso del que habla?
No lo sé, no creo que en principio vaya a rectificar. Lo que está es a la espera de que pase el tiempo, tal vez, con la esperanza de que la solicitud de BIC en Tenerías decaiga por abandono. Nuestra plataforma va a seguir el asunto para que no vuelva a las andadas, puesto que para este Ayuntamiento lo que prima es la construcción y los derechos especulativos sobre cualquier otro.
Lo de Tenerías es muy alarmante, pero la posible construcción de un hotel en La Cava no es menos sorprendente, y ni más ni menos que de cinco alturas, aunque dos sean bajo rasante. Estamos otra vez en una zona sensible y legalmente es tremendamente complicado construir. Aun así, desde el Ayuntamiento se ofrece palabrería hueca y vana y hasta ahora no se ha materializado en nada porque cuando se quiere hacer algo se sacan proyectos viejos, como de 'Take me to the river' de 2014, para recuperar las riberas.
Lo que verdaderamente debería alarmar a cualquier ayuntamiento de cualquier ciudad es tener en un Casco manzanas vacías porque es inconcebible, al margen del daño que suponen los proyectos de remodelación sobre estas zonas.
¿Es suficiente el papel de la Consejería de Cultura en Toledo?
No, podría hacer mucho más. Resulta sorprendente la cantidad de BIC que carecen de zona de protección, como ocurre en el Palacio de Galiana o en Vega Baja. En este último caso, como no la tenía, el Ayuntamiento se pasó años prometiéndoselas muy felices para construir el cuartel de la Guardia Civil en la acera de enfrente.
La Consejería de Cultura no está muy atenta y no está cumpliendo con las obligaciones que le impone la declaración de Patrimonio de la Humanidad que son muy serias, como la protección de las vistas de Toledo desde la distancia, que forman una parte imprescindible porque constituyen la esencia de la protección y las razones de la declaración.
Una grave problemática de Toledo es la despoblación del Casco ¿Es difícil lograr un equilibrio entre la actividad turística y la residencial?
Se podría recuperar población. El Casco, en 1981 tenía 17.461 habitantes, y en 1950, unos 30.000, una cifra ligada a la sobrepoblación, que demostró unos problemas tremendos. En 1981 había equilibrio y un Casco vivo porque tenía administración, servicios sanitarios, hospitales, comercio suficiente, y se cubrían las necesidades de los vecinos. Pero hoy basta dar un paseo por la calle Ancha para ver comercios de cadenas turísticas que están en cualquier ciudad. Se ha expulsado el comercio de la ciudad con la creación de La Abadía, que ha vaciado el comercio del Casco y de otros barrios.
En estos momentos, el Casco tiene 11.259 habitantes censados, pero no deben vivir más de 6.000 o 7.000 habitantes, y casi hay más plazas hoteleras y oferta de vivienda turística que residentes. La ciudad se ha puesto al servicio del turismo y es la actividad dominante. La función universitaria, que podía haberse desarrollado en el Casco lo ha hecho parcialmente, cuando Alcalá de Henares, por ejemplo, es una ciudad viva gracias a la universidad. En Toledo se puede hacer infinito, pero lo primero es intentar recuperar funciones para que se genere necesidad de que la población viva dentro de la ciudad, mejorar viviendas y condiciones de habitabilidad.
¿Qué papel cumple la rehabilitación en todo este engranaje?
Todo y es realmente sangrante que no haya tenido ese papel. El Plan Especial de 1997 tenía como uno de sus objetivos recuperar capacidad residencial interviniendo en la mejora residencial, pero no se ha hecho nada cuando en otras ciudades, como en Madrid, se volcaban en la rehabilitación. Se diseñó y dibujó unas áreas de rehabilitación preferentes, pero no se materializaron, y las ayudas han sido reducidas e insuficientes hasta el día de hoy.
El PECHT señala que la función hotelera es equivalente a la residencial y ha habido una carrera por rehabilitar edificios para su uso hotelero, en muchos casos de manera muy grave, porque en algunos de ellos el Consorcio ha acometido la rehabilitación de edificios que se presentaban como viviendas y se han convertido en apartamentos turísticos sin que se haya recuperado el dinero invertido para revitalizar el centro.
También el PECHT permite el aumento de la edificabilidad en el 20% cuando se trata de usos hoteleros, pero si el ciudadano de a pie quiere rehabilitar una vivienda no podía levantar un solo centímetro. Y con el macrohotel de la calle de la Plata unificamos y modificamos parcelas, aumentamos volúmenes y queremos subir alturas... Todas esas razones explican el abandono del Casco, sobre todo, desde 2015 e insisto en la fecha porque es abandono de este ayuntamiento a dia de hoy. Además, las actuaciones han favorecido la turistificación de la ciudad, un grave problema porque estamos volcados sólo en la función turística y se están generando sentimientos de turismofobia en los residentes del Casco que se sienten abandonados por su ayuntamiento.
Repite una y otra vez la palabra abandono, pero también se han dado pasos, como la rehabilitación del Corral de Don Diego.
Ahora nos sentimos muy orgullosos, pero ya tuvo en 1983 un proyecto de rehabilitación en el que participé informando desde el punto de vista del análisis del geógrafo, pero desde entonces han pasado mucho tiempo y ha estado abandonado. Ahora se ha recuperado el monumento y hay que decir que la labor del Consorcio en la recuperación de monumentos ha sido excelente. Sin embargo, en la recuperación del entorno no podemos decir lo mismo porque destaca un edificio, supuestamente para viviendas, de color blanco y detonante que muestra que no somos cuidadosos con los valores que recoge el PECHT.
¿Apuesta por la revisión del PECHT?
Sí, pero cualquier modificación debe realizarse de acuerdo con el Plan de Ordenación de la ciudad, lo que no puede ocurrir es que el POM de 1986 se hiciera ignorando y dejando al mañana la intervención en el Casco. El plan urbanístico tiene que estar estrechamente relacionado con el PECHT, no puede ir por separado. Hay que hacerlo sabiendo qué se quiere hacer y con la visión de conjunto que falta en la ciudad.
En los años 80, toda Europa estaba lanzada a la recuperación de los centros históricos y tenía mucho éxito el urbanismo de la recuperación. Y mientras Madrid tenía como lema terminar la ciudad, nuestro plan tenía como objetivo extender la ciudad y por eso tenemos una ciudad archipiélago. Y se dejó el Casco para un plan especial y llegó tarde porque la ciudad había crecido con nuevos barrios y sus habitantes salieron corriendo ante el deterioro que sufría.
Vega Baja ya tiene adjudicada su primera intervención para recuperar restos y habilitar caminos y carriles. Las administraciones dicen que habrá más, pero cualquier iniciativa requiere acuerdo político al no contar con un plan especial.
Es lo que venimos denunciando desde la creación de la plataforma. Queremos un plan especial y es por lo que luchamos, hemos ido al Parlamento europeo y al Ministerio de Cultura porque tiene que haber un plan de conjunto, un plan especial.
En la propia documentación que presentó el Ministerio en la candidatura de la Unesco para ser Ciudad Patrimonio de la Humanidad, se hablaba de plan especial. Cuando lo tengamos sabremos dónde están los restos, qué es lo que hay y será el momento de organizar el inmenso espacio, que como es una zona de calidad ambiental conviene dejarlo libre porque obligatoriamente hay que hacerlo para mantener la vista de la ciudad desde la distancia.
Además, en el subsuelo nos estamos encontrando con unos restos arqueológicos de enorme importancia de valor histórico de lo que fue aquella capital visigoda. Todos los indicios y los arqueólogos nos han ido enseñando que no solo estaba la basílica de Santa Leocadia, la iglesia palatina San Pedro y San Pablo, el palacio de los reyes visigodos, también había unos conjuntos edificatorios, comercio, edificios dedicados a la producción, talleres de orfebrería, un mundo entero allí vivo. Mientras no tengamos esa visión de conjunto no hacemos nada.
Tampoco se quiere entender que Vega Baja se extiende a las dos orillas, es un paisaje cultural y una unidad geográfica. Hubo unos años enlos que el Ayuntamiento recogió la idea del plan especial y estaba muy entusiasmado y la alcaldesa sacaba pecho en la prensa de que iban a venir unos arquitectos estrella para resolver el problema y decir cuáles son los límites. Eran Busquets, que había elaborado el PECHT, y Ezquiaga, un prestigioso arquitecto que había trabajado en numerosos planes de ordenación. Pero de la noche a la mañana han desaparecido los dos sin saber qué ha pasado y nos hemos olvidado del plan especial, aunque quedó un dictamen de Busquets, que se limitó a cuatro ideas, que incluyó las dos orillas del Tajo. Hay que contar con Polvorines, la Solanilla y La Peraleda.
El convenio de octubre de 2021 surge como resultado de nuestra denuncia ante el Parlamento europeo sólo interviene en un 20% de todo el espacio. Y se va a hacer una apuesta acelerada ante la llegada de elecciones de limpieza de restos arqueológicos maltratados por el abandono y sendas peatonales que esperemos que no sean como la de las moreras echando tierra encima del yacimiento excavado.
¿Y con el Circo Romano?
Se pueden proponer muchas acciones. Están en un espacio concreto y hay que actuar sobre el conjunto. Queremos poner en valor el Circo Romano, pero a escasos metros de distancia tenemos los dos maravillosos bloques y lindando con el arco de entrada de una puerta de acceso está Venta de Aires y tenemos una visual de aires acondicionados y cajas de cerveza. La ciudad sigue sin enterarse de que Vega Baja es un espacio de oportunidad y puede ser de atracción turística porque hay mucho que ver y enseñar. En Vega Baja está hasta el monasterio de San Bernardo, que está vivo y esperando a que lo conozca el mundo, un auténtico olvidado de los ciudadanos.