Ya hay sentencia firme sobre el atropello que tuvo lugar un 8 de febrero del 2019 en la avenida Río Guadarrama, en el barrio del Polígono. El Juzgado número 1 de lo Penal de Toledo acogió ayer la sesión en la que defensa y acusación se volvieron a ver las caras.
El acusado de atropellar a una mujer y darse a la fuga en la citada vía reconoció ayer los hechos buscando de una u otra forma llegar a un acuerdo con la acusación particular para una posible reducción de la condena. Algo a lo que no se prestó el representante de la mujer atropellada. De tal forma que, ante el reconocimiento de su responsabilidad, el fiscal pedía una pena de prisión de cinco meses.
Desde la acusación particular solicitó cambiar la pena pedida por el fiscal al entender que el autor de los hechos nunca cumpliría su ingreso en prisión, de modo que planteó modificarla a una multa en su grado máximo, para que al menos así «sí responda por su conducta».
Ante tal escenario, el juez ha dictado una sentencia 'in voce', ya firme, por la cual se impuso al acusado una multa de 18 meses con una cuota de seis euros por día, es decir, un total de 3.240 euros más costas, además de la retirada del permiso de conducir durante cuatro años, teniendo que volver a examinarse del mismo si lo desea cuando terminen dichos plazos. La sentencia no fue apelada por ninguna de las partes.
Escrito de defensa. La representación del acusado en su escrito previo a este juicio señala que efectivamente su mandante accedió a su domicilio aquel 8 de febrero de 2019 a su domicilio por la avenida Río Guadarrama. Alega que dicha vía se encontraba con las bombillas de las farolas apagadas y que junto al paso de peatones se ubican unos contenedores de basura mixtos en los que, en ocasiones, los vecinos invaden la calzada al depositar los residuos. Dicho esto, la defensa argumenta que al ir su mandante durante la conducción pegado al lado derecho del vial creyó que el impacto de su vehículo fue contra una madera, aportando que en ningún momento fue consciente de haber atropellado a nadie y que no iba bebido.
Acabó reconociendo el atropello involuntario y manifestando que el declarado culpable se encontró muy mal al enterarse de lo sucedido necesitando de apoyo psicológico.