La presidencia de la celebración religiosa de la patrona de Extremadura, el 8 de septiembre en el Monasterio de Guadalupe, correrá a cargo este año, por primera vez, del arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, y en los años sucesivos se irá rotando entre los obispos de Plasencia, Coria-Cáceres y el arzobispo de Toledo, diócesis a la que pertenece la localidad cacereña de Guadalupe y quien ha presidido hasta ahora esta celebración.
Se trata de un paso más hacia la consecución de lograr que el Monasterio de Guadalupe, que pertenece a la Archidiócesis de Toledo, pase a formar parte de una diócesis extremeña al ser la Virgen de Guadalupe la patrona de la región. Este expediente se sigue tramitando en Roma a la espera de su resolución sin que haya fecha todavía para tal fin.
Así lo ha indicado el obispo de Coria-Cáceres, Jesús Pulido, en declaraciones a los medios tras la presentación este martes del XIV Teológico que se celebra el sábado. «Es un proceso que lleva tiempo, que en este momento está en Roma, con alguna propuesta y que va despacio, pero vamos dando algunos pasos», ha dicho monseñor.
En concreto, se ha referido al hecho de que, «por primera vez», el día de la patrona de Extremadura, el 8 de septiembre, haya una presidencia rotativa, es decir, que todas las diócesis que están implantadas en el territorio de Extremadura vayan rotando en la presidencia de la celebración. Por este gesto, Pulido ha agradecido esta «deferencia» al arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, que fue anteriormente obispo de Coria-Cáceres.
Respecto al punto en el que se encuentra la tramitación del expediente para que Guadalupe pase a una diócesis extremeña, que sería la de Plasencia, monseñor Pulido ha indicado que «es una cuestión difícil porque Guadalupe es parroquia y a la vez es basílica», y además, tiene también una dimensión territorial como parroquia, que pertenece a Toledo, y es atendida por los sacerdotes de esta archidiócesis, por lo que «no es fácil hacerlo porque si eso lo dejasen los de Toledo pues sería una dificultad para la atención pastoral de toda esa zona».
Para salvar esos escollos hay alguna propuesta de constituir un santuario que está sobre la mesa pero «en este último año no hay ninguna novedad» sobre el expediente y «no ha habido ninguna comunicación oficial».
Cabe recordar que la distribución eclesiástica actual procede de 1994 cuando se constituyó la provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz, ya que hasta entonces las Diócesis de Plasencia y de Coria-Cáceres pertenecían a la provincia eclesiástica de Toledo, y «no se había planteado esta dificultad».
«Son temas que tienen que madurar en la Iglesia y tienen que verse también con mucha delicadeza porque lo más importante es la devoción que tanto en Toledo como en Extremadura existe a la Virgen de Guadalupe y eso es lo que no se puede perder», ha resaltado el obispo de Coria-Cáceres.