Sí, queda mucho por delante, y el partido del domingo ante el CD Quintanar del Rey no es para nada decisivo, pero sí puede determinar el nivel de paciencia de la afición y la fe que mantiene en su equipo. Llega el líder, tres puntos por encima, con la posibilidad de abordar la primera plaza, pero un tropiezo más, también podría sacar a los verdes de la zona de 'playoff' si todos los perseguidores consiguen la victoria.
De la euforia de las primeras jornadas, con el mejor arranque de la historia, se ha pasado a la impotencia y la duda. La gente está a un paso de la desesperación. Ya no es que su equipo no le esté dando resultados, es que tampoco le ofrece juego, ni ocasiones ni goles. Porque, en fútbol, se puede ganar, empatar o perder, pero es importante el cómo. Parece hasta mentira con esta plantilla.
De momento, lo bueno es que los dirigentes están tranquilos. Tienen la paciencia que ha faltado en otras ocasiones, y eso es importante en un club como este, que no ha parado de llevarse personas y cargos por delante en las últimas temporadas.
Pero hay un límite. La parcela deportiva es la primera que se va a resentir, y más en este caso. Porque la plana mayor se ha parapetado detrás de una plantilla de calidad, con experiencia y por la que se ha realizado un sobreesfuerzo en determinadas posiciones (Reguera, Tamayo y Óscar Gómez) para, precisamente, no meterse en fregados. Pero el resultado del domingo que viene va a dictar sentencia. Ya hubo pitos contra el Villarrobledo, y eso que se ganó. Imaginen si hay un marcador no deseado...
Podría empezar a perderse la credibilidad en los jugadores, en los del año pasado y en los nuevos. También en la figura del entrenador, hasta ahora en un pedestal por su nombre y por su pasado como jugador y como entrenador, con tres campañas en Primera Federación y ocho en la extinguida Segunda B.
Además, no han gustado las últimas intervenciones del director deportivo, Rubén Ramos, en medios de comunicación. Era otro de los que gozaban de prestigio en la parcela deportiva del CD Toledo, pero su silueta también se ha empezado a difuminar. Hay quien duda de la confección del plantel en cuanto al equilibrio en diferentes posiciones, al entender que no hay recambios de garantías en el medio campo.
Pase lo que pase, será el Salto del Caballo el que dicte sentencia. Pasa siempre. Lo más grave es que ahora mismo nadie confía en una victoria por el bagaje de las temporadas anteriores.