Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele'

J. Monroy
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Ya han acudido en dos ocasiones al Consejo de Participación. Ven que hay peligro de caída sobre los restos de las 48 Viviendas y piden que de una vez se adecúe el entorno

Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele' - Foto: Yolanda Lancha

No es Gaza, ni es Ucrania. No es una zona de guerra, aunque una persona allí abandonada podría sospecharlo. Es el barrio del Polígono, en Toledo, capital de Castilla-La Mancha. Catorce años después de la demolición del punto negro del barrio, de la antigua 'ele' o Cuarenta y Ocho Viviendas Sociales, el espacio sigue tan desolado o más que entonces. Hace tres lustros, los operarios municipales no se atrevían a limpiar o adecuar la zona, por temor a alguna pedrada, lo que unido a la forma de vida de algunos residentes en la zona degradó el espacio por completo en lo urbano.

Pero desde entonces han pasado ya catorce años y ha habido al menos dos proyectos de regeneración de todo el entorno. Allí se han levantado dos bloques de viviendas y los nuevos vecinos, 112 familias, unidos a los antiguos, piden al Ayuntamiento la resolución de una reivindicación histórica en suelo municipal. No pueden vivir así por dignidad y porque además el espacio puede llegar a ser peligroso, sobre todo para niños y personas con movilidad reducida, y sobre todo por las noches.

Para empezar el paseo desde la avenida de Boladiez, por ejemplo, existen unas anchas escaleras de grandes dimensiones totalmente destrozadas, hechas migas, desde antes incluso de la demolición de las 48. Hay escalones convertidos en rampas de arena y en medio, más allá de la abundante broza, hay varios árboles, incluida una frondosa higuera cargada de higos.

Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele'Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele' - Foto: Yolanda LanchaAl lado de este espacio, existe una parcela pública llena de broza, para temor de los vecinos, que no quieren que cualquier día una chispa provoque un susto o alguna situación más desagradable.

Bajando hacia el norte, ya se elevan por fin dos promociones de viviendas, residencial El Greco, que vienen a tapar una parcela que durante años fue una obra abandonada, con ferralla de punta, donde jugaban los niños.

Sin embargo, y aquí se quejan los vecinos, el espacio circundante continúa igual o peor que cuando estaban elevadas las 48 Viviendas, sin que la degradada urbanización se haya remodelado en lo más mínimo, a pesar de los proyectos aprobados para hacerlo. «Si te fijas bien, no hay ni una sola baldosa del suelo que no esté rota, y mira que es difícil», apunta Israel Nombela, vecino de una de estas promociones, que se ha erigido en portavoz de las dos promociones a la hora de pedir soluciones a las administraciones.

Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele'Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele' - Foto: Yolanda LanchaNombela señala todavía otro peligro mayor. Los cimientos de lo que antes eran las 48 Viviendas, la 'ele', han quedado fosilizados en un enorme bloque de hormigón con la forma del edificio. Un bloque que se encuentra a continuación de la cota de las viviendas con una caída de entre un metro y metro y medio, tapada por broza, más broza de la que existe por el terreno, a pesar de unas reciente labores que han quitado 'lo más gordo'.

Afortunadamente, las últimas actuaciones municipales de urbanización del entorno del Alberto Sánchez dejaron allí unas farolas que han mejorado la visibilidad por las noches, pero «hay peligro porque hay una especie de terraplén que se puede caer cualquier niño. El día que pase algo, nos llevaremos las manos a la cabeza, porque lo estamos avisando».

Y más abajo, hacia la calle Alberche, la situación no es mucho mejor. Sigue habiendo aceras destrozadas y los vecinos han de cruzar incluso un espacio terreno sin urbanizar.

Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele'Los vecinos piden la urbanización del entorno de la 'ele' - Foto: Yolanda LanchaQuejas al Ayuntamiento. Ante esta situación, la comunidad de propietarios de las dos promociones El Greco, de 112 familias, han acudido primero a la Asociación de Vecinos El Tajo en busca de asesoramiento, y después han pedido soluciones en los dos últimos Consejos de Participación del Polígono.

Después de tres años viviendo en la zona, apunta Nombela, los vecinos no ven soluciones. «Siembre que te compras una vivienda, lo normal que te acondicionen la zona, tengas sus espacios verdes, sus zonas para niños». Luego está el peligro de caída a las antiguas 48. También se han quejado en varios ocasiones del peligro de incendio por broza. Piden en definitiva los vecinos que se urbanice la zona como cualquier otra de la ciudad, con espacios para mayores y pequeños, «para poder tener una vida normal». Porque «con el espacio que tenemos aquí, bien se puede hacer una zona ajardinada para toda esta parte del Polígono».

Las quejas vecinales han tenido como consecuencia una visita del presidente del Distrito, el 'popular' Iñaki Jiménez, quien ha confirmado a este diario que «hemos estado viendo la zona, entendemos que hay que mejorarla y vamos a mandar una solicitud a la Junta para que valle su parcela de las 48 para evitar peligro y estamos trabajando por adecentarlo».

Tras su encuentro, apunta Nombela, los vecinos confían en que a principios de año pueda llegar algún tipo de solución y quede todo acondicionado.J. Monroy / Toledo

No es Gaza, ni es Ucrania. No es una zona de guerra, aunque una persona allí abandonada podría sospecharlo. Es el barrio del Polígono, en Toledo, capital de Castilla-La Mancha. Catorce años después de la demolición del punto negro del barrio, de la antigua 'ele' o Cuarenta y Ocho Viviendas Sociales, el espacio sigue tan desolado o más que entonces. Hace tres lustros, los operarios municipales no se atrevían a limpiar o adecuar la zona, por temor a alguna pedrada, lo que unido a la forma de vida de algunos residentes en la zona degradó el espacio por completo en lo urbano.

Pero desde entonces han pasado ya catorce años y ha habido al menos dos proyectos de regeneración de todo el entorno. Allí se han levantado dos bloques de viviendas y los nuevos vecinos, 112 familias, unidos a los antiguos, piden al Ayuntamiento la resolución de una reivindicación histórica en suelo municipal. No pueden vivir así por dignidad y porque además el espacio puede llegar a ser peligroso, sobre todo para niños y personas con movilidad reducida, y sobre todo por las noches.

Para empezar el paseo desde la avenida de Boladiez, por ejemplo, existen unas anchas escaleras de grandes dimensiones totalmente destrozadas, hechas migas, desde antes incluso de la demolición de las 48. Hay escalones convertidos en rampas de arena y en medio, más allá de la abundante broza, hay varios árboles, incluida una frondosa higuera cargada de higos.

Al lado de este espacio, existe una parcela pública llena de broza, para temor de los vecinos, que no quieren que cualquier día una chispa provoque un susto o alguna situación más desagradable.

Bajando hacia el norte, ya se elevan por fin dos promociones de viviendas, residencial El Greco, que vienen a tapar una parcela que durante años fue una obra abandonada, con ferralla de punta, donde jugaban los niños.

Sin embargo, y aquí se quejan los vecinos, el espacio circundante continúa igual o peor que cuando estaban elevadas las 48 Viviendas, sin que la degradada urbanización se haya remodelado en lo más mínimo, a pesar de los proyectos aprobados para hacerlo. «Si te fijas bien, no hay ni una sola baldosa del suelo que no esté rota, y mira que es difícil», apunta Israel Nombela, vecino de una de estas promociones, que se ha erigido en portavoz de las dos promociones a la hora de pedir soluciones a las administraciones.

Nombela señala todavía otro peligro mayor. Los cimientos de lo que antes eran las 48 Viviendas, la 'ele', han quedado fosilizados en un enorme bloque de hormigón con la forma del edificio. Un bloque que se encuentra a continuación de la cota de las viviendas con una caída de entre un metro y metro y medio, tapada por broza, más broza de la que existe por el terreno, a pesar de unas reciente labores que han quitado 'lo más gordo'.

Afortunadamente, las últimas actuaciones municipales de urbanización del entorno del Alberto Sánchez dejaron allí unas farolas que han mejorado la visibilidad por las noches, pero «hay peligro porque hay una especie de terraplén que se puede caer cualquier niño. El día que pase algo, nos llevaremos las manos a la cabeza, porque lo estamos avisando».

Y más abajo, hacia la calle Alberche, la situación no es mucho mejor. Sigue habiendo aceras destrozadas y los vecinos han de cruzar incluso un espacio terreno sin urbanizar.

Quejas al Ayuntamiento. Ante esta situación, la comunidad de propietarios de las dos promociones El Greco, de 112 familias, han acudido primero a la Asociación de Vecinos El Tajo en busca de asesoramiento, y después han pedido soluciones en los dos últimos Consejos de Participación del Polígono.

Después de tres años viviendo en la zona, apunta Nombela, los vecinos no ven soluciones. «Siembre que te compras una vivienda, lo normal que te acondicionen la zona, tengas sus espacios verdes, sus zonas para niños». Luego está el peligro de caída a las antiguas 48. También se han quejado en varios ocasiones del peligro de incendio por broza. Piden en definitiva los vecinos que se urbanice la zona como cualquier otra de la ciudad, con espacios para mayores y pequeños, «para poder tener una vida normal». Porque «con el espacio que tenemos aquí, bien se puede hacer una zona ajardinada para toda esta parte del Polígono».

Las quejas vecinales han tenido como consecuencia una visita del presidente del Distrito, el 'popular' Iñaki Jiménez, quien ha confirmado a este diario que «hemos estado viendo la zona, entendemos que hay que mejorarla y vamos a mandar una solicitud a la Junta para que valle su parcela de las 48 para evitar peligro y estamos trabajando por adecentarlo».

Tras su encuentro, apunta Nombela, los vecinos confían en que a principios de año pueda llegar algún tipo de solución y quede todo acondicionado.