La receta de Francisco Javier Ahijado para la prevención de la hipertensión insiste en la importancia de la vida saludable. El jefe de servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Toledo, ponente de la sesión inaugural de la reunión nacional de la Sociedad Española de Hipertensión y Riesgo Vascular que comienza hoy, apunta a la dieta mediterránea como salvaguarda para la salud, pide evitar el consumo de alimentos ultraprocesados y recomienda una actitud vigilante con el sobrepeso y la obesidad.
Además, Ahijado prescribe ejercicio físico regular como pauta para la mejora del bienestar personal. «Más que deporte, que puede causar lesiones», el doctor recomienda sesiones de al menos 50 minutos durante seis veces a la semana. Una de las prácticas más idóneas es la de «caminar a paso rápido», una actividad al alcance de casi todos los organismos.
El nefrólogo asegura que el 90% de los pacientes que trata, perfiles con origen «transversal», tienen hipertensión, una dolencia que, por tanto, «es causa y es efecto» de otras patologías con riesgos añadidos. Cuando la tensión arterial elevada desemboca en episodios como infartos o ictus, órganos como el corazón o el cerebro se ven comprometidos. Ahijado insiste en que el control de la tensión «previene la progresión de la enfermedad renal» e invita a un control regular del indicador.
El doctor Francisco Javier Ahijado es jefe de servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Toledo. - Foto: Yolanda LanchaLa plaza de Zocodover celebra hoy y mañana sendas sesiones para la medición correcta de la hipertensión. Se trata de una afección «asintomática» y que puede acompañar a la persona durante mucho tiempo sin revelarse. «Cuando lo hace es porque lleva muchos años», apunta Ahijado. La proliferación de aparatos para el control de la tensión arterial en casa requiere de una serie de explicaciones que faciliten el correcto autodiagnóstico e impidan resultados tan alarmantes como erróneos. El especialista pide que no se haga en situaciones que puedan alterar el resultado, como después de tomar un café o de hacer un ejercicio físico más intenso de lo habitual. Además, se aconseja acometer la medición en el brazo -y no en la muñeca- y comprobar los resultados en una consulta médica o en farmacia.
UNA HUELLA NEGATIVA. Más allá del tensiómetro, las pruebas más habituales que establecen la presencia patológica de la hipertensión y su verdadero alcance son las analíticas, los electrocardiogramas y el fondo de ojos.
La convivencia con esta dolencia castiga la salud a largo plazo y «deja huella en diferentes órganos», subraya Ahijado. La práctica de actividad física, los buenos hábitos alimenticios y el control regular de la tensión son tres vectores de prevención para una dolencia común.