La Empresa Municipal de la Vivienda de Toledo levantará en el barrio de Santa Bárbara su primera promoción residencial en tres lustros. Los hogares construidos bajo la protección del organismo municipal se ofrecerán en régimen de compra. Los inmuebles se dirigen «fundamentalmente» a jóvenes y familias, dos de los colectivos más afectados por el incremento de los precios. La intención del equipo de Gobierno es presentar la promoción antes de la finalización del presente año y adjudicar las primeras unidades a sus compradores, todavía sin construir, en el último trimestre del ejercicio.
La apuesta del equipo de Gobierno con la vivienda pública incluye «distintas tipologías y modalidades de acceso». Los regímenes de tenencia que se contemplan, además de la propiedad, prevén también el arrendamiento de hogares arrendados o el alquiler con opción a compra. Dado que la Junta de Comunidades pondrá a disposición un gran volumen de pisos en alquiler en el Polígono, el Ayuntamiento considera que la promoción anunciada en Santa Bárbara ha de ser de compra «para que haya una diversidad de posibilidades». El alcalde, además, contempla que ambas promociones aparezcan de forma «simultánea».
Santa Bárbara emerge, además, como el escenario de otra actuación inmobiliaria, en este caso a través de un Plan de Actuación Urbanizadora (PAU) en las parcelas UA-100 y UA-101, situadas en el extremo norte del paseo de la Rosa. Se trata de una iniciativa privada «que estamos tramitando a la mayor celeridad para poder proveer de vivienda a Toledo», añade.
«Las administraciones públicas tenemos que utilizar todas las herramientas que están a nuestro alcance para tratar de compensar ese déficit», asegura Carlos Velázquez. El alcalde describe la «fuerte demanda y una escasez muy importante de la oferta» como los dos elementos que limitan el acceso a una casa propia o alquilada para miles de vecinos. Además, recuerda la «singular» radiografía del urbanismo residencial de la ciudad y las «diversas circunstancias» que concurren. Por una parte, la falta de un marco general de planeamiento urbanístico obstruye la edificación, un asunto que solo se puede resolver a través de modificaciones puntuales que se deben pactar con la Junta. Además, el aumento del parque de viviendas en la capital regional no alcanzó durante los primeros años del siglo la intensidad que tuvo en otros municipios de la provincia, lo que provocó un fuerte crecimiento de la población de su alfoz y la consiguiente carestía de los inmuebles existentes.
La mejora del acceso a la vivienda se erige como uno de los principales retos de las administraciones en los próximos ejercicios. En el caso de Toledo, el objetivo prioritario pasa por alumbrar un nuevo Plan de Ordenación Municipal que especifique el modelo de ciudad, el tamaño de población que debe tener y las áreas en las que se han de construir las nuevas viviendas, tanto las de promoción pública como las de iniciativa privada. Velázquez señala los trámites que establece la ley regional de Ordenación del Territorio y de la Actividad Urbanística, un texto que impide elaborar «de hoy para mañana» el POM . El primer edil indica que se trata de una de las regulaciones «más complejas» y advierte de las dificultades para tal empresa. La «experiencia» que deja la anulación del plan de 2007 anima al equipo de Gobierno a realizar un trabajo exhaustivo que cristalice en un resultado satisfactorio. «Queremos que sea una realidad lo antes posible y que la aprobación inicial esté antes de que acabe la legislatura».
PISOS TURÍSTICOS. El Ayuntamiento quiere que la normativa reguladora de los pisos turísticos se publique «antes de las fiestas de agosto». Velázquez explica que desde Toledo se trabaja a partir de la experiencia acumulada en otras ciudades patrimonio de la humanidad y con «las limitaciones que nos impone la modificación puntual que se puso en marcha la pasada legislatura».
El alcalde remarca la «particularidad»que supone el Casco para el urbanismo local. En este distrito confluyen un emergente mercado de viviendas turísticas con la «despoblación» por la retirada de muchos vecinos. «Tratamos de equilibrar las ventajas y desventajas de vivir en el Casco», dice Velázquez, «pero trabajamos para que las ventajas sean cada vez mayores».