El alcalde de El Carpio de Tajo, Diego Martín, se desplazó el pasado jueves a las afueras del pueblo, en sentido oeste. Personal del Ayuntamiento y vecinos se esforzaron para la reposición de la maroma que comunicaba las dos orillas del Tajo. La DANA había destrozado tres meses atrás ese cordón umbilical que rebobina la historia del pueblo.

Hacia el siglo XVI, El Carpio de Tajo disponía de una barca de hierro a la que incorporaron posteriormente una maroma para el transporte de pasajeros, ganado y mercancía de todo tipo. La comunicación servía para unir el pueblo con las fincas más importantes del lugar.

El Ayuntamiento sacaba por entonces a concurso la gestión del servicio, utilizado hasta mediados del siglo XX. La construcción de un puente por la instalación de una central hidroeléctrica hundió la valía de la barca.

Ahora, el alcalde carpeño se ha propuesto la recuperación del paso de la barca. Por eso, encabezaba el pasado jueves la comitiva para la reposición de la maroma. Un tractor colaboró en la recuperación de la cuerda de las aguas del río Tajo, y un piragüista contrinuyó también a la consecución de la empresa que supone el origen del proyecto de rehabilitación.

El Ayuntamiento pretende organizar paseos de una ribera a otra en ocasiones especiales y el arreglo de la casa del barquero, construida en el siglo XX en mampostería encintada de ladrillo y guijarro. El alcalde prevé incluir la recuperación de la barca durante el próximo año o en 2025.

Esta barca, desaparecida del mapa hace unos 10 años, cumplió un papel decisivo en la localidad de la comarca de Torrijos durante muchos años. Por allí, cruzaban el río las ovejas trashumantes. El vehículo funciona mediante un sistema de poleas y quillas que permiten un desplazamiento horizontal según la corriente del río Tajo.

El Ayuntamiento quiere que la antigua casa del barquero albergue propuestas culturales para mantener vivo esta parte de la historia de El Carpio de Tajo.