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Continúa el misterio en torno a Antonio Fernández Múñoz, el cazador de Belvís de la Jara desaparecido desde el pasado 30 de septiembre. La familia del cazador, que en su día denunció las versiones contradictorias que dieron los dos acompañantes de Fernández Muñoz en la batida tras la cual se le perdió el rastro, vuelve a apuntar a uno de ellos. El abogado Jesús Lazaro calificó de «hecho relevante» el que se puede demostrar que un acompañante transitó por la zona en que se produjo la desaparición sólo un día después de producirse ésta.
El letrado de la familia explicaba que este llamativo movimiento del acompañante pudo ser conocido gracias a que fue detectado por la Guardia Civil. En concreto, se le sorprendió en la mañana del uno de octubre circulando con su vehículo por esta zona natural, la Vía Verde de la Jara, sin tener el pertinente permiso para ello, por lo que se inició el procedimiento para multarle. El hecho es que, varias horas después, este familiar fue llamado por los familiares de Fernández Muñoz para averiguar su paradero, y se reunió con ellos y los agentes de la Guardia Civil que ya preparaban la búsqueda del desaparecido.
Lázaro comentó que cuando llegaba este acompañante del cazador, los guardias «le dijeron ‘por cierto, ten la multa que esta mañana no te la hemos podido dar aunque te hemos tomado los datos’. Y estofue visto por los familiares».
El letrado valoró esto como «un hecho relevante, que este señor esté circulando por un lugar próximo al de la desaparición». Con este detalle, Lázaro reiteró que para la familia «los sospechosos son ellos», en referencia a los acompañantes, y recordó sus versiones contradictorias sobre lo que hicieron cuando fueron a acompañar a Fernández Muñoz en la batida de caza.
En un primer momento, trasladaron que se habían ido los tres a cazar en el coche de una de estas dos personas y que estuvieron hasta las diez de la noche esperando, momento en el que ellos regresaron y en el que Fernández les dijo que se quedaría hasta la madrugada.
Una versión que la familia descarta por la situación meteorológica de ese día, poco propicia para practicar la caza y porque en la zona no había cobertura de móvil para poder llamar después para que le recogieran, así como por la escasa visibilidad que habría para que el desaparecido se desplazara nueve kilómetros campo a través para regresar hasta su vehículo.
Un día después de ofrecer esta versión, aportaron otra en la que explican que se habían quedado a esperarle en un bar de la casa rural de Aldeanueva de Barbarroya, próximo a donde apareció el coche de Fernández. Sin embargo, la familia ha podido comprobar que dicho bar estaba cerrado el 30 de septiembre, y que incluso la camarera que dijeron que les había atendido «llevaba ya un par de meses sin trabajar allí», por lo que tampoco se lo creen.