China sufrió hace algunos años un enorme brote de peste porcina que obligó a matar a millones de cerdos, pero los habitantes del gigante asiático no dejaron de comer la carne de este animal, por lo que el país no tuvo más remedio que importar lo que no podía producir. España fue uno de los países beneficiados, ya que sus altos estándares de cría, tanto en sanidad como en bienestar animal, fueron vistos con buenos ojos por los compradores chinos. Con la recuperación de la cabaña porcina en aquel país después de superada la enfermedad hubo quien vio sombras cerniéndose sobre el sector español, pero este ha sabido aguantar, abriéndose a otros mercados y dando mayor valor añadido a sus exportaciones.
La «nueva radiografía del porcino es la de un sector resiliente, competitivo y líder, que antepone el valor antes que el volumen», según ha explicado Alberto Herranz, director de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc). Y es que las exportaciones de carne y productos elaborados de porcino alcanzaron en 2023, un año más, una facturación histórica que, además, por primera vez sobrepasó los 9.000 millones de euros, con una balanza comercial positiva récord. La producción alcanzó los 4,88 millones de toneladas, de las que más del 57% se destinaron a la exportación.
El año 2023 confirma un cambio de ciclo iniciado en 2022 para el sector porcino de capa blanca «en el que priman los valores sociales y medioambientales, así como la seguridad alimentaria. Como resultado el sector genera más valor económico, social y medioambiental»", ha explicado Herranz. Los datos, ha dicho, «dibujan un escenario de evolución sectorial tras una década de gran crecimiento impulsada por la competitividad de empresas y personas, así como por la calidad de los productos».
Ahora, la nueva radiografía del porcino es la de «un sector resiliente y competitivo que compatibiliza objetivos de valor y volumen», insiste Herranz. El censo ganadero porcino se situó en 30,06 millones de animales, lo que supone un ligero descenso respecto al año anterior (-1,9%); la producción de carne alcanzó los 4,88 millones de toneladas (-2,9%); y el número de granjas de porcino retrocedió un 2,35%, quedándose en las 83.550 explotaciones. Para responsable de Interporc, estos resultados «confirman ese proceso de adaptación de la estructura productiva del sector ya iniciado en 2022 e indican la apuesta por la eficiencia productiva a través de proyectos de economía circular, sostenibilidad, bioseguridad, bienestar animal o seguridad alimentaria en toda la cadena».
No en vano, España es el país más avanzado del mundo en esos aspectos. Herranz cree que estos datos confirman que el sector trabaja «con convicción» en la construcción de «cimientos sólidos» de cara al futuro para avanzar en producciones «sostenibles y adelantarnos» a las demandas en materia de bienestar animal o de protección medioambiental, ámbitos que cada día cobran más peso en todas las ramas ganaderas.
Por otra parte, Herranz apuesta por potenciar el consumo de la proteína animal y por «hacer frente a la normativa» de la Unión Europea, porque es «una fábrica» de elaborar «reglamentos». «Hemos vivido durante muchos años» esa presión normativa que «nos ha hecho ser competitivos» pero «llega un momento en el que hay que mirar hasta dónde ponemos el listón».
Exportaciones. En cuanto a los resultados de las exportaciones, Daniel de Miguel, director Internacional de Interporc, ha explicado que el sector superó por primera vez en 2023 la barrera de los 9.000 millones de euros. En total, vendió fuera de nuestras fronteras 2,8 millones de toneladas de carne y productos porcinos (un 4,4% menos que en 2022) por un valor de 9.030 millones de euros (un 9,1% más). Lo cual indica que, a pesar de la ligera reducción en volumen, ha habido un incremento del valor exportado. De Miguel reconoce que «gran parte» de ese encarecimiento del producto se debe «a la subida de los costes de producción», aunque también entra en juego una mayor exportación de productos de mayor valor añadido, como jamones y paletas curados. Gracias a esas cifras, España siguió siendo el año pasado la segunda potencia exportadora, por detrás de Estados Unidos.
El impacto positivo se ha dejado notar claramente en el saldo comercial exterior, que ha crecido un 8,9% hasta situarse en 8.409,7 millones de euros. Con ello, el porcino se mantiene como la rama con el saldo comercial más importante del sistema agroalimentario y se afianza en su condición de sector estratégico para la economía española. No hay que olvidar que supone el 1,4% del PIB nacional y el 14% de la Producción Final Agraria.
Para Alberto Herranz, estos datos demuestran que «el sector porcino trabaja con convicción en la construcción de sólidos cimientos de futuro mediante producciones sostenibles que se anticipan a las demandas de los consumidores actuales en bienestar animal y protección medioambiental». Gracias a eso, el balance de 2023 confirma que «seguimos siendo competitivos y seguimos generando valor. Este es el mapa del nuevo escenario en el que nos encontramos», concluye.
En cualquier caso, Herranz espera que China «vuelva a recuperar» sus niveles de demanda a lo largo de 2024. El objetivo de Interporc es «seguir fortaleciendo ese mercado» y buscar diversificación en otros destinos, algo en lo que la interprofesional ya está inmersa con campañas de promoción en países con gran potencial como Filipinas o Vietnam.