El Molino de Calancho de Los Navalmorales ha entrado en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra por el estado en el que se encuentra la infraestructura tras el expolio de las piezas de granito que componen el canal de la estructura. Es una de las últimas incorporaciones a este listado, con el que se pretende dar a conocer, sensibilizar y actuar sobre los elementos patrimoniales del territorio español en riesgo de desaparición.
La Lista Roja de esta entidad ha incorporado esta estructura ante el expolio de las piezas de granito que componen el canal del molino. Según indica, en la actualidad el edificio del molino ha perdido la cubierta y una de las piedras graníticas del molino se encuentra troceada, seguramente al haberse caído tras un intento de expolio.
Como explica, su entorno, con los barrancos graníticos cercanos rodeados de magníficos olivares tiene un gran valor paisajístico que se suma a otros elementos cercanos como el llamado dolmen de La Cobertera, alguna explotación minera cercana y otros elementos de arquitectura popular, como dos pequeños puentes de granito que, articulados en una ruta molinera que partiera desde el pueblo, podían constituirse en un elemento cultural de interés que preserve su integridad con no mucho coste.
Descripción. Se trata de un molino de arroyo, uno de los casi 300 molinos de la provincia de Toledo que además conserva la captación, el canal, la represa, el receptor y el cárcavo, aunque la sala se encuentra ya destechada.
Desde Hispania Nostra señalan que, desde el punto de vista de su arquitectura popular, tiene un gran interés puesto que desde la presa molinera y la posterior represa, el agua discurre por un curioso canal elevado hasta el receptor realizado en granito. Su estructura se levanta con grandes bloques que conforman el canal y que se sustentan sobre pilares de mampostería de bloques pétreos del mismo material. Unas largas piezas rectangulares de granito forman también los laterales del canal al que en algunos lugares se ha aumentado su altura mediante mampostería sobre el borde.
El canal que viene desde la presa desemboca en una represa anterior al receptor que, además de para aumentar el caudal disponible necesario para la molienda, parece haberse utilizado como reservorio de agua para utilizarla en el regadío.
El receptor del agua es del tipo denominado 'de rampa' ya que el agua se precipita por un plano inclinado hacia el saetillo sin que se acumule previamente en un depósito. Esta rampa está fabricada mediante muy buena sillería que en su embocadura está precedida por una entrada también granítica.
La sala del molino está hecha de mampostería y al encontrarse destechada, el artificio corre el riesgo de total destrucción. Se conserva la piedra 'solera' pero la 'volaera' se encuentra partida.