La alcaldesa de Villanueva de Alcardete, Dolores Verdúguez, recibió el día 17 el aviso de que unas personas merodeaban por una promoción de viviendas casi vacía. Sólo uno de los 13 adosados en hilera tiene morador. La regidora alertó inmediatamente a la Guardia Civil con la sospecha de que pudieran ser unos ladrones. Finalmente, los agentes confirmaron que se trataba de un intento de ocupación, el primero que sucede en esta localidad manchega.

La alcaldesa se acercó a esta promoción junto con el personal del Ayuntamiento y la Policía Lolcal y comprobaron que las casas seguían vacías, pero con indicios de que habían limpieado y acondicionado recientemente el interior. «Para, posiblemente, ser ocupadas al otro día», explicaba ayer a este diario la también diputada provincial socialista.

El Ayuntamiento manchego contactó con la empresa propietaria de los adosados. Con el permiso concedido, el Consistorio tapió desde las once de la noche todas las entradas a estas viviendas para impedir la ocupación final. «Que se presente todo el mundo que quiera en los chalets. Villanueva no puede permitir esto», animó el equipo de Gobierno para aumentar la presión de los vecinos.

De esta manera, la ocupación quedó frustrada. La familia, procedente de una localidad cercana de la provincia de Ciudad Real, había habilitado tres de las viviendas para una previsible ocupación inmediata.

«Gracias a la efectiva reacción que tuvimos, no hemos vuelto a tener novedades», señaló a este diario antes del pleno de la Diputación. El intento ocurrió en una fase de viviendas casi vacías en este municipio de más de 3.000 empadronados y conocido por sus vinos. «Cuanto te llega una ocupación ilegal, arrastra inseguridad», resaltó Verdúguez, quien reclamó al Gobierno nacional mayor implicación para ayudar a los pueblos.

«No quiere decir que todos los que vengan sean delincuentes, pero sí que es cierto que generan desconfianza. Genera un problema de convivencia en el pueblo», subrayó la alcaldesa de Villanueva de Alcardete.