La Policía Nacional, con el apoyo de agentes de la Policía Local, desplegó en la madrugada del sábado un fuerte dispositivo centrado en los locales de ocio nocturno coincidiendo con la noche en la que centenares de toledanos celebraban junto a compañeros de trabajo y amigos las cenas de Navidad.
La operación policial, que sorprendió a quienes a esas horas estaban disfrutando de una noche prenavideña por el número de efectivos movilizados y por su equipación similar a la de los antidisturbios, forma parte de un plan de prevención de consumo de drogas, así como de consumo de alcohol por parte de menores en locales de ocio nocturno.
Una de las inspecciones realizadas se centró en la discoteca Sithons como ya ocurriera el año pasado por estas mismas fechas. Tras pedir a los responsables del local que apagaran la música y encendieran las luces, al menos una docena de agentes de la Policía Nacional que portaban cascos antidisturbios entraron en el local para sorpresa de los clientes del establecimiento, muchos de los cuales no entendieron la magnitud de un despliegue que calificaron de «excesivamente cinematográfico». Asimismo, la presencia de los agentes más que generar una sensación de seguridad provocó cierto desasosiego y alarma al ver la equipación que portaban más propia de una macrooperación policial. Tal fue así, que muchos clientes, una vez que la policía concluyó su trabajo, decidieron marcarse de la discoteca con la sensación que la noche para ellos había acabado de forma poco navideña.
Mientras los policías nacionales se centraban en la sala de la discoteca, los agentes de la Policía Local requerían la documentación a los responsables de este local de ocio nocturno para comprobar que todo estaba en regla.