«Los trabajos en la Vega Baja podrían haber sido un gran avance para la arqueología. No me refiero solamente a los resultados de las excavaciones, sino al hecho de que gracias a nuestro trabajo podríamos haber mostrado a la sociedad que nuestra labor sirve para algo, que era posible proporcionar luz sobre uno de los yacimientos más importantes de Europa». Juan ManuelRojas Rodríguez-Malo, uno de los arqueólogos que ha mantenido un contacto más estrecho con las labores realizadas en el yacimiento, reconoce que la visión de conjunto sobre la Vega Baja durante estos últimos seis años «ha sido bastante decepcionante».
Opina que se han realizado innecesariamente grandes inversiones -una de ellas, el proyecto para construir el Museo de la Vega Baja, cuyo concurso se convocó cuando la crisis económica ya estaba iniciada y su construcción se consideraba difícilmente realizable- y que la descoordinación por parte de los responsables del yacimiento ha sido grande. Sin embargo, la situación tras la desaparición de la empresa pública Toletum Visigodo no parece haber mejorado. «El Museo de Santa Cruz está lleno de informes arqueológicos, tienen un rico material procedente de las excavaciones, pero se ha acumulado sin proyectos de investigación asociados, al menos que a mí me conste. ¿Tanto presupuesto haría falta para poner en común unas conclusiones? ¿Por qué desde la Universidad de Castilla-La Mancha esto tampoco se fomenta?».
Rojas, quien considera que en el terreno del patrimonio cultural «no todo depende del dinero», sino de ponerse en marcha y aportar soluciones, opina que el afán «por hacer y hacer, gastar y gastar», se ha traducido en «un proyecto faraónico de museo que, en definitiva, no existe». En este sentido, el arqueólogo señaló que «todos hemos criticado que el Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda de la iglesia de SanRomán esté como está, pero por lo menos ofrece cuatro vitrinas, que algo es algo, porque el espacio que hay en el resto de la ciudad para mostrar la arqueología es decepcionante, siendo Toledo, como es, una de las provincias con mayor riqueza de España en este sentido».
Pese a su opinión sobre lo realizado durante los últimos seis años («personal y subjetiva»), pese a las dificultades del momento actual, Juan Manuel Rojas asegura «creer en la Vega Baja». Ha planteado, tanto a los responsables de la Junta como al Ayuntamiento, que sería viable apostar por un yacimiento abierto a la ciudadanía. «No se trataría de abrir y excavar todo, sino de hacerlo de manera ordenada, contemplando la existencia de zonas verdes, ajardinadas de manera que no sea incompatible con los criterios arqueológicos». Manifiesta que no habla «de boquilla», ni está «a la espera de un mesías que reparta subvenciones», sino que incluso sería capaz de invertir parte de su capital en este proyecto de llegar a realizarse algún día.