La falta de microbuses traba en el acceso al Casco de la L. 12

J. Monroy
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El Ayuntamiento pudo hacerse con dos ejemplares tras la destrucción de la Dana y ahora está esperando tres mas, que no llegan a la espera de los cambios de normativa

La falta de microbuses traba en el acceso al Casco de la L. 12 - Foto: Yolanda Lancha

La falta de microbuses está causando problemas al transporte público de Toledo en el Casco histórico. Lo cierto es que, a la espera de la llegada de nuevos vehículos, parece que le ha mirado un tuerto a la concesionaria, unos problemas se van añadiendo a otros, lo que está provocando por ejemplo, que durante tres semanas algunos viajeros que iban en la línea 12 en sentido plaza del Conde se hayan tenido que quedar nada menos que en Recaredo.

Toledo debe tener un mínimo de tres microbuses, reconoce el concejal responsable, Iñaki Jiménez, pero en estos momentos solo tiene dos, y cuando ocurre algún problema con uno de ellos, lo sustituye un autobús mayor, que no llega a entrar en el Casco. Hay que recordar que en el pasado mes de septiembre, la Dana acabó con gran parte de la flota de la concesionaria municipal. Cierto es que en muy poco tiempo estuvieron aquí vehículos cedidos por Madrid, pero en ningún caso microbuses. Hubo que esperar a principios de año para que llegaran los dos que en estos momentos circulan en la línea 12. Evidentemente, el Ayuntamiento quiere más, Jiménez los está buscando aunque sean de segunda mano.

Además, en teoría en julio deben llegar los tres nuevos vehículos eléctricos Alfa Bus que el Ayuntamiento ha encargado a 'Cordialbus SL', por valor de millón y medio, financiado por la Unión Europea. Sin embargo, en estos momentos existe una gran demanda de microbuses en el mercado y nula oferta. Resulta, apunta el concejal, que en julio hay un cambio de normativa de seguridad y las fábricas tienen la producción parada. Jiménez apunta que en principio la carrocería tiene que estar hecha, a la espera de la nueva normativa de seguridad.

Sin subida a plaza del Conde. El problema fue que el pasado mes de mayo, se dañó la luna de uno de estos dos microbuses. Dadas las características del Casco, el Ayuntamiento no quería que circulara con el cristal dañado y lo mandó a reparar, mientras lo sustituyó con un autobús de mayores dimensiones. A falta de stock, la reparación duró tres semanas, hasta el pasado martes. Dado que el propio Ayuntamiento no quiere que pasen vehículos pesados por el Casco y en concreto por la puerta del Cambrón, explica Jiménez, se decidió que el autobús mayor de la línea 12 no entrara al interior de la muralla, por lo que ha estado dejando a los viajeros en el parque de Recaredo, donde se daba la vuelta. A partir de ahí, los usuarios podía continuar andando y esperar a que llegara el microbús en el siguiente servicio.

Su enfado ha sido tal, que algunos comenzaron de hecho a recoger firmas para exigir una solución al Ayuntamiento. Aunque parece que esta llegó ya la pasada semana, según ha explicado Jiménez.