A pesar de que se había resistido hasta el último momento a dejar el cargo, la salud ha podido con su cabezonería y Boris Johnson, ingresado en la UCI por su delicado estado al estar contagiado de coronavirus, ha tenido que ceder el puesto a Dominic Raab, hasta ahora titular británico de Exteriores y desde el pasado lunes primer ministro en funciones del país.
Con casi 10 años de experiencia parlamentaria, Raab es brexiteer hasta la médula y un político muy ambicioso -plantó cara a Theresa May, la conservadora que le dio su primera gran oportunidad, y participó en las primarias tories para ponerse al frente del partido que ahora asume todo el poder del Ejecutivo de Londres.
Aunque el Reino Unido no tiene una Constitución escrita que regule un proceso de sustitución como este, el jefe de la diplomacia es considerado principal ministro y es por ello que Johnson le delegó las riendas del poder, en momentos de una grave crisis en el país al mantenerse las medidas de restricción de movimiento de la población para contener la pandemia.
Nacido el 25 de febrero de 1974, entró en el Parlamento en las elecciones de 2010 -con David Cameron como primer ministro- y tuvo una labor destacada en la campaña a favor de la retirada de la UE, a pesar de que el Gobierno abogaba por la permanencia. Con el triunfo de la ruptura en el referéndum de 2016 y la dimisión de Cameron, Raab avanzó en su carrera política con la llegada al poder de May.
Así, fue nombrado ministro del Brexit en julio de 2018, pero la luna de miel con la mandataria no duró mucho al presentar su renuncia en noviembre de ese año por su oposición sobre la negociación del Tratado de Retirada, en concreto su rechazo a la salvaguardia en Irlanda.
Ante la crisis del Brexit y la dimisión de la premier el año pasado, Raab intentó hacerse con el liderazgo de la formación política, pero fue derrotado en la segunda votación del proceso. Sin embargo, su fidelidad a Boris Johnson y su defensa de la salida del país del bloque europeo, fue promocionado a titular de Exteriores por el primer ministro tras las elecciones generales británicas celebradas en diciembre del año pasado.
Con pocos meses como jefe de la diplomacia, Raab ha tenido que lidiar en las últimas semanas con la repatriación de cientos de británicos que habían quedado sin poder regresar al país debido al cierre de fronteras y ahora tomará las riendas en la decisión de tomar nuevas medidas que contengan la pandemia, pero que intenten no perjudicar a la economía.