Los cientos de miles de kilos de lana que cada año generan las explotaciones de la región se han convertido en un quebradero de cabeza para los ganaderos, que han visto como un bien, que compraban industrias exportadoras para venderlo a China, se ha convertido en un residuo en apenas unos años. El avance de los derivados del petróleo, las fibras sintéticas, se encuentra detrás del declive de la lana, que se usaba, por ejemplo, en la fabricación de moquetas. Son muchas las ganaderías que acumulan la lana en naves, en esta época, tras el esquileo de las ovejas, con miles de kilos para los que tampoco hay un método de deshacerse y es que la lana, al contrario de lo que se pueda pensar, es ignífuga, no se quema a menos que se use gasolina o algún producto inflamable.
«El año pasado se la llevaron por hacernos un favor, pero se está hablando con el que se la llevó y me dijo a ver si esto toma algún cariz entre unos y otros», explicó José Carrero, propietario de la finca Virgen de Lourdes, en la provincia de Ciudad Real. Teme que tendrá que buscar algún modo de deshacerse de esa lana. Carrero tiene tres toneladas en su finca, correspondientes al último esquileo de sus 2.000 ovejas.
ecología y economía. Desde su punto de vista hay una situación «absurda» en un momento en que se habla de economía circular, ya que «hay una materia prima que cumple todas las condiciones, pero que no se ha investigado lo suficiente», indicó. Como ejemplo, señala la nave de sus ovejas, aislada con derivados de petróleo, cuando, a lo mejor, podría emplear planchas hechas de esa lana sin uso. Carrero muestra con un mechero que no se quema y quizás podría servir para evitar el impacto de las temperaturas en el calor. «Esto (señalando al aislante) ha soltado humo y contaminación en todos sus procesos», mientras que la lana es un producto natural, basta con cortar y solo queda lavarla.
De bien a residuo - Foto: Rueda VillaverdeA la parte medioambiental se une el problema económico. Esquilar las ovejas tiene un coste superior a unos 1,5 euros aproximadamente por animal, lo que implica, en su caso, más de 3.000 euros «Antes, con la lana pagábamos el esquilado y era un trabajo, pero no era una pérdida». Ahora supone pérdidas. Esto ha hecho que haya ganaderos que optan por no esquilar, indica Carrero, algo que, en su caso, no valora. Su leche está pensada para la fabricación de queso y el calor reduce la materia grasa, un punto clave en el precio al que se vende.
«Es un bien económico, pero también un tema ecológico», indicó Carrero, que concluyó que la PAC cuenta con muchos apartados sobre ecología, pero en un producto que podría reducir el impacto climático, si se le diera un uso, no hay ayudas. Lo dice un ganadero que ha invertido, en este ámbito, con una finca que produce su propia electricidad y hace años dejó de utilizar grupos electrógenos de gasóleo. «Nos falta investigación y voluntad política», concluyó, pidiendo poner fin a esta «vergüenza» de no utilizar un producto tan a mano.
Por su parte, el vicepresidente de Asaja Castilla-La Mancha, Florencio Rodríguez, señaló que han pedido apoyo a la administración ante esta situación y que permitan buscar «alternativas» al uso de la lana. «La industria no la compra y no la compra porque no es rentable y, evidentemente, solo hay una salida para la exportación y ahora tampoco la quieren», indicó Rodríguez. «Estamos buscando alternativas, incluso Asaja ha planteado que haya ayudas para la retirada de lana», indicó.
«Si no podemos hacer nada, haremos estratos de lana y estiércol para empaparlo y ver si conseguimos pudrir la lana», dijo este ganadero, que ve con lástima que no se pueda aprovechar un recurso que está ahí, en su finca, y que ya el año pasado se regaló y que antes valía apenas 20 céntimos el kilo.