Con los datos de la pandemia al alza (12.131 casos nuevos de COVID, 181 fallecidos y la incidencia por encima de 200, según lo notificado ayer por Sanidad), España mira con desasosiego a las Navidades más extrañas de su Historia reciente. Unas fiestas limitadas y restringidas por el coronavirus, aunque de forma asimétrica. Las celebraciones serán distintas dependiendo de donde viva cada ciudadano, después de que el Gobierno volviese a dejar en manos de las autonomías el control de la expansión del SARS-CoV-2. Al contrario que otras naciones europeas, donde casi se dan por canceladas las fiestas a nivel estatal por orden de sus respectivos Ejecutivos centrales, en España serán las regiones las que decidan, dándose situaciones, por ejemplo, como que un territorio permita desplazarse para ver a familiares mientras otros lo prohiban por completo.
En este sentido, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, avisó ayer que cumplirá con el cierre perimetral de la región durante las Navidades, pero no se plantea «arruinar a los comercios, ni cerrar la hostelería, ni afectar cada vez más a la economía», ni impedir que los ciudadanos entren o salgan de la región para visitar a sus familiares o para trabajar. Cataluña y el País Vasco, mientras, confirmaron que estudian endurecen las medidas, aunque se trate de algo «impopular». En la misma se manifestaron Aragón, Castilla y León -que volvió a reclamar un plan nacional- y Extremadura, aunque todas estas regiones esperarán aún unos días para anunciar las limitaciones por si cambian los datos epidemiológicos. Una circunstancia que parece imposible, a tenor de las palabras del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que subrayó ayer que «es muy probable» que la tendencia al alza de los contagios, los fallecidos y la incidencia acumulada se mantenga hasta «mitad de enero o incluso final de mes». Además, reveló que Sanidad espera que el «repunte» de los datos empiece a notarse en los hospitales a partir de hoy o mañana.
Por el sendero más aperturista de Madrid, en cambio, se situó Cantabria, que dará libertad de movimientos para visitar a familiares y allegados y mantendrá el límite de 10 comensales en las celebraciones; y Andalucía, que proseguirá con su desescalada, ampliando con ello los horarios de apertura del comercio y la hostelería.
Y mientras las autonomías tratan de dirigir de la mejor manera posible la estrategia para frenar al coronavirus, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, deberá seguir la actualidad de la pandemia desde La Moncloa, al tener que cumplir cuarentena por haber estado en contacto con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ayer dio positivo por coronavirus. El líder socialista se sometió a una PCR tras conocer el contagio de su homólogo galo y resultó negativa, pero, según el protocolo sanitario, deberá estar aislado hasta el día 24.