Faltarían efectos especiales y alguna escena de acción o romances, pero la antesala de la futura línea de Alta Velocidad que unirá Madrid con Lisboa está reuniendo más giros de guión que muchas películas de Hollywood. Principalmente porque los estudios informativos de los trazados que faltan por definir son interpretados por diversas voces políticas que no hacen más que confundir a la ciudadanía. De hecho, hace meses que se anunció que la conexión estaría activa para el año 2030 coincidiendo con el Mundial de fútbol que compartirán España y Portugal, entre otras sedes, y pese a ponerse el foco en septiembre como fecha clave Toledo y Talavera continúan sin conocer por dónde irá su trazado.
El caso es que las últimas novedades al respecto han llegado por parte de los mandatarios de los países implicados, como son los casos del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y del primer ministro de la República portuguesa, Luis Montenegro, ya que se vieron las caras esta semana con la celebración de la XXXV Cumbre Hispano-Lusa. Sin embargo y de manera previa a esta cita, el pasado día 18 de octubre, el delegado del Gobierno de España en Extremadura, José Luis Quintana, apuntaba que la Declaración de Impacto Ambiental del tramo Talayuela-Toledo -la parte del trazado por hacer en la comunidad extremeña-estará para finales de año «con o sin acuerdo», concluyendo que eso conllevará que «no estará finalizada para 2030».
A raíz de esas declaraciones, Emiliano García-Page pidió un día después «resolver las dudas urgentemente». Ya esta semana desde el Senado, el ministro de Transportes, Óscar Puente, volvía a asegurar que 2030 será el año en el que verá la luz el proyecto.
Con estas idas y venidas se llega a la citada cumbre entre las dos partes implicadas. Este miércoles, al fin de la misma, Sánchez y Montenegro ofrecieron una rueda de prensa conjunta en la que el presidente español salvó cualquier tipo de duda apostando porque España y Portugal tendrán la ansiada conexión por Alta Velocidad en 2030. Fue el primer ministro luso el que puso la pimienta, ya que sin desmentir a Sánchez sí que apuntó que para ellos la conexión con Madrid es «segunda prioridad» en beneficio de otra línea que comunique Lisboa con Oporto y Vigo.
Ante tantas voces discordantes, el final vuelve al principio. El delegado del ejecutivo español en Extremadura volvió a comparecer ayer con mayor dureza en sus palabras, al asegurar que España cumplirá su parte en plazos y que, por lo tanto, a Portugal «no le quedará más remedio que hacer la suya».
Cojan palomitas que esto aún no ha terminado.