Además de su valor postal, los sellos contribuyen a reflejar la identidad de un país, así como su devenir histórico, cultural y social. Entre los criterios que barajan los organismos emisores para elegir nuevas series, destacan las efemérides y conmemoraciones. Días pasados Correos ha comenzado a comercializar una estampilla de 0,75 euros dedicada al centenario del PCE, iniciativa que a algunos ha sentado a cuerno quemado.
Argumentando que contravenía el deber de neutralidad política de las administraciones públicas y lo preceptuado en la ley de Memoria Democrática, la asociación 'Abogados Cristianos' recurrió a los tribunales para impedir su puesta en circulación, sumándose a sus críticas desde el trifachito a los inefables Cantó y De Quinto, entre otros. Aunque cautelarmente la titular del juzgado accedió a tal paralización, una vez estudiada la denuncia y escuchadas las argumentaciones de Correos, no solo dio luz verde a la emisión, sino que impuso las costas procesales a la parte demandante. Cegada esta vía, Vox ha llevado ahora el veto al Congreso de los Diputados y al Parlamento Europeo.
Desde que gobernando Rodríguez Zapatero esta asociación irrumpiese en la escena española, presentándose como entidad sin ánimo de lucro para promover la cultura de la vida y la familia, con sus múltiples querellas se han convertido en brazo 'jurídico' de las posiciones más ultras de nuestras derechas, bien sea judicializando cuestiones relacionadas con el colectivo LGTBI y la visibilización de la diversidad, o poniendo en el punto de mira a personajes como Leo Bassi, Ada Colau, Willy Toledo y hasta Dolores Delgado, ex fiscal general del Estado. Adalides en la práctica torticera del 'lawfare', cuentan con el descarado apoyo de determinados medios de comunicación, que airean con profusión sus iniciativas, pese a que muchas de ellas acaban en nada. Así ha ocurrido en su arremetida contra el sello conmemorativo del PCE, cuya demanda, una vez levantada la suspensión, no solo ha colapsado los servicios de venta on-line de Correos y revalorizado su valor futuro en el coleccionismo filatélico, sino que lo ha convertido en la estrella de las ochenta y seis emisiones postales realizadas este año. A esto, coloquialmente, se le llama ir por lana y volver trasquilado. Pocas veces timbre tan pequeño dio tanto que hablar.