Mucho ha cambiado el funcionamiento de las empresas en las últimas décadas a la hora de presentarse ante sus clientes, y numerosos han sido los avances estratégicos que se han producido para mejorar las ventas. Sin embargo, hay un elemento que traspasa las modas y la tecnología y que perdura en el tiempo: las tarjetas de visita. Se trata de una herramienta clásica de toda la vida, que se emplea a diario para potenciar la imagen de una compañía y para consolidar el contacto con equipos directivos, comerciales,... etc.
Una fórmula que ha pasado de ser moneda de cambio en ferias y en todo tipo de eventos, como carta de presentación, a transformarse actualmente en un elemento esencial en el ámbito del entorno networking para establecer contactos analógicos y digitales.
Aunque actualmente el soporte virtual constituye la mayor tendencia, sin embargo, la tarjeta clásica en papel estucado sobrevive en un mercado de relaciones interpersonales e interempresariales cada vez más amplio y globalizado.
Los expertos aseguran que a pesar de que la gran mayoría de los canales de comunicación están derivando su trayectoria hacia ámbitos digitalizados, sin embargo, la tarjeta de visita sigue siendo un objeto versátil, práctico y económico muy eficiente y valorado.
Para muchos economistas es un verdadero pasaporte que se utiliza como una proyección de prestigio de la imagen corporativa y pública de una marca o de un comercial.
Un documento que proporciona información técnica básica para quién la utiliza y que, además, ayuda a esbozar una primera impresión de los valores y la identidad que intenta transmitir una compañía en un contacto empresarial.
Los economistas aconsejan no deshacerse de esta vieja herramienta de comunicación y cuidar al máximo tanto su diseño como los materiales en los que se presenta, papel o plástico, que pueden llegar a incorporar avances técnicos muy innovadores que se han desarrollado tanto en el campo de las artes gráficas como de la informática, con la inclusión de chips, memorias virtuales corporativas en formato USB, códigos QR,... etc.
Los profesionales en marketing aconsejan dejar asesorarse por expertos cualificados a la hora de definir qué incluir en una tarjeta de visita, lo que requiere el directivo al que representa y qué aspectos debe identificar de su compañía.
Además, hacen hincapié en una correcta elección de la tipografía, que sea legible y elegante, con una huida de excesos, saturación de formas y colores y, sobre todo, priorizar lo que se quiere comunicar.
Nuevos formatos
Con la tecnología actual y los formatos online en los que se mueven las empresas, lo más eficiente es compaginar una estrategia online con una digital bien estudiada y que potencie desde una página web a las redes sociales que siguen los clientes potenciando la imagen de marca que se transmite para recibir el mayor feedback posible. En conclusión, no se debe olvidar la importancia que tienen los pequeños detalles como las tarjetas de visita en las relaciones en los negocios.