Rodrigo Manero, un bróker de bolsa ya jubilado, y María José Arenas donaron hace 16 años una exposición insólita al Ayuntamiento de Belvís de la Jara. Ocupa la última planta del Museo Etnológico, en la calle Las Parteras. Allí, con cita previa, el visitante puede asombrarse con piezas de arte africano fruto de los viajes de esta generosa pareja. Se trata de una propuesta igualmente extraordinaria que la más conocida de Carmen Arnau en Las Ventas con Peña Aguilera con el Museo Etnográfico de Siberia y Asia Central.
Así lo explica a este diario el alcalde de Belvís de la Jara, Carlos Muñoz, quien se ha incorporado al cargo con una munición de ideas para la revitalización cultural y turística de unos de los municipios más poblados de La Jara. A principios de mes, explicó la valía de la muestra titulada 'Otro mundo. Lo que nos une' a la presidenta de la Diputación Provincial, Concepción Cedillo.
La colección suma más de un centenar de piezas de distintos lugares del planeta, aunque el alcalde enfatiza la valía de las procedentes de tribus africanas. Armas, instrumentos musicales u enseres cotidianos componen esta muestra. Los visitantes podrán observar lanzas, cerbatanas con impregnación de veneno o mazos. «La gente se queda con la boca abierta», promete el alcalde sobre esta muestra posible gracias a Rodrigo y María José, quienes visitan con frecuencia el municipio.
La exótica colección del corazón de La JaraTambores africanos, una flauta, timbales o cascabeles figuran también en la planta alta del Museo Etnológico, cuya sede quiere llevar el alcalde a las antiguas escuelas en su colección de ideas de cambios en el municipio. El edificio de la calle Las Parteras albergaría el Centro de Recepción de Visitantes. Además, como ya informó este diario, quiere crear un centro de interpretación del agua (el término cuenta con el manantial Valtorre) y del aceite.
Las máscaras proceden de África, la Oceanía chilena, Puerto Rico o Venezuela. Además, figuran objetos de uso cotidiano de los indios Piaroa y Hiwi de Venezuela, mapuche de Chile y varias etnias africanas como Senufo, Bambara, Yagule, Dogón o Bamun.
El resto del Museo Etnológico de Belvís de la Jara contiene diversas piezas donadas por artesanos de la tierra, elaboradas a mano y por tradición familiar durante generaciones. Trajes típicos o herramientas históricas figuran en la colección. Además, hay recuerdos de la fábrica de gaseosas de 1920, un torno alfarero de 1871, una reja típica elaborada en 1859, una pila lavadero sin datar y restos arqueológicos. Y una imprenta.
El alcalde calcula que unos 500 visitantes recorren el Museo Etnológico cada año, pero reconoce que todavía es muy desconocido. «Tenemos un diamante en nuestras manos», señala a este diario mientras suena una pieza utilizada como cencerro de los elefantes. Y apostillaba: «Tiene un valor incalculable».
El alcalde jareño pretende proponer más adelante una oferta cultural orientada a las visitas escolares dentro del propio municipio jareña. Son parte de las ideas con las que ha aterrizado en Belvís de la Jara Carlos Muñoz.