La caída del paro hace descender el número de autónomos

J. Monroy
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Toledo, con 49.882 autónomos al final de septiembre, suma más de un tercio de los de Castilla-La Mancha y junto a Guadalajara presume de un ligero aumento neto

La caída del paro hace descender el número de autónomos - Foto: Yolanda Lancha

El perfil medio de uno de los 49.882 autónomos de la provincia de Toledo es de hombre español, de más de 45 años, que actúa en el sector servicios y con unos tres años de media en su empleo. Cada vez son más los que trabajan solos, sin empleados, y sus beneficios netos no alcanzan al salario mínimo interprofesional. Aunque cada vez está subiendo más el porcentaje de mujeres autónomos y de extranjeros, que en ambos casos superan ya ligeramente el tercio de los autónomos.

Son datos facilitados por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA)de Castilla-La Mancha, que ha hecho balance de los tres primeros trimestres del año. De enero a septiembre, en Toledo se crearon 107 autónomos netos, al pasar su número de 49.775 a 49.882, mientras que en Castilla-La Mancha se destruyeron 217, al pasar de 149.350 a 149.133. Son, respectivamente, el 19,23 y el 19,24 por ciento de la población ocupada.

El secretario general de UPTA en Castilla-La Mancha, César García, ha querido restar importancia a este descenso a nivel regional, que también se da en el ámbito estatal. Se trata de una situación cíclica, «cuanto mejor va el empleo por cuenta ajena, cuanta más estabilidad tiene y cuanto más baja el paro, normalmente bajan las afiliaciones al régimen general de autónomos». Lo que le preocupa es la mucha rotación, hay muchas altas y muchas bajas y se necesitaría un estudio para saber en qué condiciones se dan unas y otras y poder ayudar a la continuidad.

Al colectivo, apuntó García, le han afectado problemas como la pandemia, la Guerra en Ucrania, la subida de los precios de los suministros y materias primas, así como la «manipulación» de las materias primas por los acaparadores que las sacan al precio que consideran. En cualquier caso, «el colectivo de autónomos en Castilla-La Mancha ha aguantado bien todos estos reveses».

En lo negativo está que el 70 por ciento de los autónomos declaran rendimiento netos por debajo del salario mínimo y el 62 por ciento lo hacen por debajo de los 630 euros mensuales. Hay, por lo tanto, una falta de dimensión económica, a la que se une una falta de dimensión estructural porque apenas el 40 por ciento de los autónomos tiene trabajadores a su cargo. Y cada vez crecen más los autónomos sin asalariados. En 2021 había 68.000 empresas sin asalariados y un año después, 70.286 en la región. En estas circunstancias, cualquier en el momento que llega cualquier revés, muchos autónomos no pueden aguantar.

Más extranjeros y mujeres. Entre los autónomos está creciendo el número extranjeros. En enero había en Toledo, 2.769 extranjeros afiliados como autónomos y a finales de septiembre, 1.823 más, unos 4.592. En el conjunto de la región, se ha pasado de 2.087 a 10.772, unos 4.685 más. Los sectores con más altas son la construcción, hostelería, actividades profesionales y el transporte, donde UPTA entiende que puede haber falsos autónomos. No destaca su presencia en comercio, actividades agrarias, ni industria.

La presencia de mujeres entre los autónomos sigue creciendo, mientras desciende la de los hombres. En enero en Toledo había 33.614 hombres autónomos y 16.144 mujeres. En septiembre los hombres han caído hasta 33.561 y las mujeres han crecido hasta 16.321. En la región, pasaron de los 101.151 y las 48.187 de enero a los 100.827 y las 48.306 de septiembre. Esto puede venir, entienden desde la UPTA, por el aumento del empleo. Cuando los hombres autónomos, que muchas veces no llegan al salario mínimo, encuentran empleo, salen de esta situación, y muchas veces se quedan sus mujeres. Esta tendencia se da también en el sector agrario.

García apuntó que porcentaje de autónomos es mayor en las provincias menos industrializadas y con más desarrollo rural, por lo que «los municipios más pequeños es donde se ve más autónomos y nos demuestra que el trabajo autónomo en el entorno rural es factor fundamental para evitar la despoblación, genera riqueza, genera oportunidades». De ahí la necesidad de políticas activas de empleo.