La Cigarra Toledana celebró su octava edición en Toledo en un circuito que, más allá de su exigencia física, ofreció un recorrido incomparable por los cigarrales de la ciudad, con sus icónicas vistas de Toledo como protagonistas. Este evento, organizado por la entidad deportiva Cigarra Toledana, busca cada año resaltar el valor de los paisajes y el patrimonio natural de la ciudad.
Con una participación limitada a 500 corredores, la carrera es parte del circuito de carreras en Patrimonio de la Humanidad, y el entorno no podría ser más adecuado: un recorrido de 16 kilómetros con salida y meta en los Viñedos Cigarral de Santa María. Este año, después de uno de parón, se reanudó la prueba con cambio de ubicación.
A las 10:00 de la mañana, los corredores comenzaron con una salida neutralizada, siguiendo a una moto durante el primer kilómetro, lo que ayudó a marcar el ritmo antes de adentrarse en el circuito. Este año, además, el trazado fue renovado, ofreciendo a los corredores un nuevo reto con nuevas marcas en el recorrido.
Jaime Díaz destrona a Ricardo Martínez en la Cigarra Toledana - Foto: LTRicardo Martínez, ganador de las últimas tres ediciones, no pudo repetir el título este año, dejando paso a Jaime Díaz, del club Club Atletismo San Pablo, quien se impuso en la competición con un tiempo de 1:09:47, destronando así al atleta del TrainingRey. Completó el podio Miguel Ángel Pulido, del Club Atletismo Torrijos CAT.
Por su parte, en la categoría femenina, la primera en cruzar la meta fue Mari Carmen Risueño (Corredores Imperiales), que completó la distancia en 1 horas y 24 minutos. La segunda plaza correspondió a Raquel Cordero, mientras que tercera fue la atleta del Club Atletismo San Pablo Débora Rubio.
El evento no solo atrajo a los corredores, sino también a sus familiares y amigos, quienes disfrutaron de un día de deporte en un entorno único en el que los más pequeños disfrutaron de su carrera particular, la Cigarrita, y mientras llegaba la cabeza de carrera, pudieron formar parte de un espectáculo de zumba. Y para acabar, todos los asistentes fueron partícipes de una degustación de vino en los propios Viñedos Cigarral Santa Maria.
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La Cigarra Toledana ha sabido combinar el deporte con el disfrute del patrimonio y la naturaleza de Toledo.