La base almagreña Coronel Sánchez Bilbao, sede del Batallón de Helicópteros de Ataque (Bhela-I), es la unidad táctica por excelencia de las FAMET (Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra) y su única unidad de combate. Su deber es ser capaz de ejecutar misiones de ataque y reconocimiento, pero también dar seguridad y apoyar acciones de combate y escoltar a las unidades de superficie, empleando su gran factor intimidatorio y de disuasión contra el enemigo. La gran especificidad de la base almagreña radica en que es la única sede española de los modernos helicópteros HA-28 Tigre y, por ende, la única que dispone de simuladores para formar en su pilotaje. 

Todo en la base gira alrededor de los Tigre. El resto de unidades también son vitales, imprescindibles, porque les dan apoyo, pero son los helicópteros y sus pilotos los que marcan las necesidades del acuartelamiento de su día a día. La Tribuna también pudo compartir una mañana con el personal militar, comprobando de primera mano su alto grado de profesionalidad y dedicación para que, llegado el caso, los Tigre puedan ponerse en el aire para acometer la misión encomendada y cumplir su objetivo.

Adiestramiento, preparación y actualización en el Bhela-I - Foto: Rueda VillaverdeCada día se realizan labores de mantenimiento de los aparatos, en un calendario que incluye actuaciones genéricas programadas y otras más específicas a tenor de las actividades que se van a realizar, como fue el caso de los ejercicios de tiro real de Zaragoza. Los inspectores técnicos, los mecánicos, los aviónicos y los responsables del armamento ponen sus cinco sentidos en los hangares de la base almagreña para que los helicópteros estén en perfecto estado de funcionamiento.

Coincidiendo en el tiempo, a escasos metros de donde 'duermen' los Tigre, sus pilotos se instruyen en los simuladores que la empresa Indra construyó allí y que en la actualidad mantiene. Desde el año 2010 prestan servicios unas imponentes instalaciones compuestas por cuatro grandes cabinas esféricas, cada una correspondiente a cada puesto de dos hipotéticos helicópteros, controladas por un centro de mando también multiplicado por cuatro, con múltiples pantallas, desde donde se configura la sesión a realizar. Su funcionamiento lo coordina la sección delegada de la Academia de Aviación del Ejército de Tierra, con el teniente coronel Carlos Carreres al frente. El Centro de Simulación de Almagro es uno de los tres únicos que existen en España, y exclusivo para adiestrar en el manejo de los Tigre. Los otros dos están en Colmenar Viejo (Madrid) y en Agoncillo (La Rioja). Mediante la interconexión HLA, un piloto de Almagro puede compartir ejercicio simulado con otro de cualquiera de los otros dos centros de simulación.

Raro es el día que no hay actividad en los simuladores del Bhela-I, con sesiones que pueden durar toda la mañana, en un entrenamiento tanto técnico como táctico y también físico, por el desgaste que puede suponer para el cuerpo (dos de las cuatro esferas simuladoras recrean también movimientos reales). «Trabajamos en un escenario casi idéntico a la realidad», asegura el teniente coronel Carreres. «Cuando un piloto se sube por primera vez a un Tigre, ya lo ha visto todo en el simulador», redunda el comandante Ignacio Díaz Castro, jefe de operaciones del batallón. Eso sí, siempre existe esa importante variable que «solo te da la realidad».