El «diagnóstico» de Primero Toledo sobre la salud del río Tajo a su paso por Toledo confirma una realidad que la agrupación de electores pretende integrar en el debate sobre el río y la ciudad. «El agua del río Tajo sale más contaminado de la ciudad de Toledo que como entra en la red municipal de Toledo», proclama Julio Comendador, candidato a la alcaldía a través de esta iniciativa popular.
La lista amarilla exige un doble ejercicio de transparencia y responsabilidad a la administración municipal. «Tenemos que claro que no se está haciendo lo que se debería para mejorar la calidad del agua del río», indican. Su propósito respecto a este tema incluye un esfuerzo pedagógico para que la sociedad local se aproxime con profundidad suficiente a un problema que asola a la capital regional desde hace aproximadamente medio siglo y del que el trasvase o la contaminación procedente de los afluentes madrileños suponen una porción de toda su realidad.
El número tres de la candidatura y responsable de las áreas de innovación y Toledo verde en Primero Toledo, José Luis Serrano, define a la ribera del Tajo como la «eterna perdedora de la evolución de la ciudad». Los responsables de la agrupación de electores lamentan que el entorno del Tajo se haya convertido en un espacio de elevada contaminación medioambiental. «Es una zona bastante deprimida y que tiene mucho margen de mejora», subraya Serrano.
La lista que lidera Comendador afea que «el traslado del hospital» también haya contribuido al deterioro del Tajo. El centro sanitario de referencia de la capital regional «ha pasado de estar aguas abajo para situarse aguas arriba» según el curso que el río traza a su paso por la ciudad. Sin embargo, «el nivel de depuración de la ciudad de Toledo no ha evolucionado en consonancia», critican. Primero Toledo estima que el funcionamiento del nuevo Hospital Universitario equivale a una pequeña ciudad de 5.000 habitantes.
El equipo de Comendador habla de la necesidad de un «plan de reconversión» para el Tajo. Creen que la «principal oportunidad de mejora para la ciudad» pasa por rehabilitar la calidad del agua del río, mejorando su depuración y encarando la realidad de los vertidos que se producen a lo largo del propio término municipal. «Primero, depurar las aguas; después, a por todos esos desagües que llaman mucho la atención».
La inspección realizada por la lista de Primero Toledo, un simple paseo alrededor del río, muestra la existencia de «lugares concretos que el Gobierno municipal trata de esconder» y «que vierten al río Tajo». La agrupación señala vertidos irregulares desde la zona de los cigarrales, el Barco Pasaje o el puente nuevo de Alcántara. «Algo hay que hacer», remarcan. Las solución que proponen, a implementar desde la administración municipal, incluyen la instalación de minidepuradoras y el uso de estas aguas filtradas y renovadas para el baldeo en el Casco Histórico.
Comendador quiere resaltar la dimensión local del problema. «Tenemos una obligación, no podemos reclamar fuera lo que no hacemos nosotros». Su compañero Serrano desea que Toledo sepa «transformar la debilidad en fortaleza» y la gestión del río favorezca «la reutilización del agua». Primero Toledo pide evitar el «desperdicio de agua potable» para el baldeo y emplear las que fueron «aguas grises procedentes de las lavadoras y los fregaderos» una vez hayan sido depuradas.