El CD Cazalegas logró en Tarancón su séptima victoria en las ocho últimas jornadas, que, además, supone el cuarto triunfo consecutivo lejos de la Ciudad Deportiva Ébora Formación.

El partido no pudo empezar mejor para los intereses del inspirado Cazalegas. Álvaro Gil recogió un balón en el área, a escasos metros de la portería, y abrió el marcador de espectacular remate a los seis minutos.

Tras una gran jugada combinativa de los locales, Soto se hizo inmenso mano a mano ante Salmerón. El encuentro, de ida y vuelta, siguió decantándose del lado visitante. Un pase en profundidad a Diego Sánchez, incorporado al juego por lesión de Rubén Gómez, deparó un autogol de Ángel Moreno superado el ecuador del primer tiempo.

El conjunto local se agarró al clavo ardiendo del recorte de diferencias a diez minutos del descanso. Capelo controló un balón dentro del área y batió al portero Soto de remate cruzado para imprimir algo de emoción al encuentro.

Los dos equipos no pararon de intentarlo en todo el primer período y tuvieron ocasiones para engordar sus respectivas cuentas antes del paso por los vestuarios del Municipal de Tarancón. Alfre Ramos protagonizó un disparo que Leyva consiguió atrapar y, después, Gustavo fue capaz de sacar bajo los palos un remate de Beltrán.

Los entrenadores no realizaron cambios al descanso, pero luego acabaron agotando el cupo de sustituciones. La segunda parte empezó más trepidante incluso que la primera. Así, a los tres minutos de la reanudación, Salmerón aprovechó una mala salida de Soto para poner las tablas. Los dos equipos continuaron volcados al ataque.

El Cazalegas recuperó la ventaja como consecuencia de un penalti de Ángel Moreno a Alfre Ramos que el propio Alfre Ramos no desaprovechó en el minuto 54. Los siguientes revulsivos visitantes fueron Diego Prado y Fran Adeva de manera simultánea. Precisamente, el primero de ellos puso la sentencia al encuentro con un disparo desde la frontal del área que rebasó a Leyva.

El conjunto toledano demostró carácter, personalidad y no dejó de atacar la portería rival ni siquiera con la losa de desperdiciar dos tantos de ventaja, una demostración magistral que define el buen momento de un recién ascendido con votos para pelear por el sueño de disputar la promoción por el ascenso a Segunda Federación.