Esta es la segunda vez que piezas de los fondos del Museo de Ciencias Naturales de Madrid salen de las grandes ciudades y se acercan al mundo rural.
Jorge Lobo, comisario de la exposición en Los Yébenes e investigador científico del CSIC indicaba en su intervención de ayer que esto es «una responsabilidad», ya que se trata ahora que todas las administraciones y personas involucradas en le proyecto hagan «todo lo posible» para intentar que salga adelante».
Y es que la primera iniciativa de este tipo se produjo con el Museo de Mundo Marino de Almonte (en Huelva), donde finalmente, el propio Ayuntamiento se vio obligado al cierre por problemas económicas y las piezas, hasta que mejoren los tiempos, se trasladaron al Museo de Ciencias en Sevilla.
De ahí, que Lobo destacara ayer que si el proyecto de Los Yébenes redunda en buen término, son «muchas las posibilidades» de crear «sucursales» del Museo de Ciencias de Madrid en otras zonas rurales.
De esta forma se acercaría la ciencia a otros espacios alejados de las grandes urbes y se eliminaría de alguna forma el problema al que actualmente se enfrenta el museo nacional con la «custodia» de tanto material. Se beneficiaría de la misma forma al aprendizaje y a la didáctica en este área acercándolo a los ciudadanos.
Así pedía a todos desde el estrado del auditorio de Los Yébenes un «esfuerzo» para conseguir que los ciudadanos se acerquen a este museo.
Un museo que se ha creado «con el mayor esfuerzo» y donde el propio comisario de la muestra decía han sido una «aventura» a la hora de diseñarlo.
En cuanto a las piezas en sí, destacaba que de lo que se trata no es de «impresionar con animales extraordinarios», que los hay, sino orientar todo el contenido hacia la didáctica. Así, a través del recorrido se pueden aprende r otros temas de relevancia y fundamentales, como la importancia de conservar el Medio Ambiente.