Lo que prometía ser un espectáculo donde París mostraría al mundo su patrimonio y belleza, se convirtió en un recorrido por el Sena bajo un aguacero insufrible. La Ceremonia de Inauguración de París 2024 se celebró bajó una intensa lluvia que estropeó la fotografía idílica que se pretendía e impidió que se desplegaran todos los espectáculos que la organización tenía preparados.
París amaneció con ligera lluvia, pero la tregua del mediodía hizo pensar que los más de 300.000 espectadores que bordearían los más de seis kilómetros a lo largo del río Sena, así como los cerca de mil millones que lo verían por televisión, podrían disfrutar de una apertura olímpica histórica. Nunca en la historia se había planteado un espectáculo de ese tamaño.
El comienzo en torno a las 19:30 solo hacía crecer las expectativas con la ópera de Los Miserables resonando en el plató de cine que era París continuado con una estrella mundial como Zinedine Zidane portando la antorcha olímpica.Se alcanzó un prematuro éxtasis con las actuaciones a cargo de Lady Gaga y de Gorija, grupo francés de heavy metal, recreando la Revolución Francesa y una decapitada María Antonieta.
España - Foto: COETras la euforia inicial, España aparecía por las aguas del Sena en torno a las 20:15 cuando aún la lluvia daba una tregua. De los 383 deportistas clasificados, España copaba el típico batobús sobre el Sena con 200 deportistas y oficiales liderados por los abanderados: la regatista de vela Támara Echegoyen y el piragüista Marcus Cooper Walz. Justo tras bordear la Catedral de Notre-Dame, aún en obras tras su incendio de 2019, empezaba a caer el cielo sobre París.
Se pararon las actuaciones por un monumento, suspendiendo algunas definitivamente, como la de un especialista que empezaba a situarse colgado en un cable al vacío sobre la Isla de Cité de Notre-Dame. Las últimas tres horas de ceremonia discurrieron entre paraguas y carreras de un público que esperaba pasar una inolvidable noche a orillas del Sena y en cambio sufrieron una tormenta veraniega.
Como si fuera un viaje de ida y vuelta, los últimos relevos de la antorcha olímpica estuvieron formados por unaconstelación de estrellas que salvaron en parte el mal sabor de boca entre los presentes. De nuevo Zidane, un imponente Rafa Nadal, Serena Williams, Tony Parker, entre otros, finalizando con el judoka Teddy Riner y la atleta Maria José Perec, quienes fueron los encargados de encender un globo aerostático que hacía las veces de pebetero y que quedó instalado en el Jardín de las Tullerías.
De ahora en adelante, dieciséis días de acción deportiva con el foco en las auténticas estrellas del deporte mundial. DesdeLebron James a Simone Biles, pasando por Novak Djokovic y llegando a nuestros Rafa Nadal, Carlos Alcaraz y Carolina Marín. Con esa constelación de estrellas, España aspira romper el récord de 22 medallas conseguidas en Barcelona 1992. El sentimiento es unánime. Gobierno, Comité Olímpico Español, deportistas y aficionados no esperan otra cosa.