El fiscal superior de Castilla-La Mancha se ha presentado en las Cortes regionales con malas noticias. Ha comparecido en comisión para dar detalles de la memoria correspondiente al año 2023 en la que se aprecia un incremento general de la criminalidad. «La delincuencia crece sin parar», avisa Emilio Manuel Fernández. El número de diligencias previas incoadas, por ejemplo, ha superado las 60.000 cuando hace cuatro años rozaban las 50.000. Además se están produciendo cambios importantes en la tipología de delitos.
Por ejemplo, recalca que el 25 por ciento del total son ya delitos de ciberdelincuencia. «Se debe prestar por parte del Estado una gran atención», aconseja. De los ciberdelitos la gran mayoría, alrededor del 90 por ciento, son estafas. Él mismo se pregunta a quién no le ha llegado un mensaje al móvil o un correo electrónico falso que intenta engañar haciéndose pasar por el banco o por Hacienda. Reconoce que en muchos casos son intentos de estafa que no se denuncian y, por lo tanto, ni siquiera computan en las estadísticas.
En el apartado de delitos contra el patrimonio, las estafas (y aquí entran todas, ya sean online o no ) suman 3.899, lo que supone un incremento del 13 por ciento. Supera en número el de los hurtos, que están en1.479 o los robos con fuerza, que suman 1.812. En ambos casos han crecido un cinco por ciento en doce meses. Además el dato de las estafas ha crecido notablemente en los últimos cinco años. En 2019 apenas pasaban de las 2.500 y ahora ya están rozando las 4.000.
Pero además de las estafas, el fiscal superior alerta del uso que se hace de las redes sociales y de internet para hechos más graves como la distribución de pornografía infantil, la captación de menores para su prostitución o para que generen contenido pornográfico, el acoso o la ciberviolencia de género. Por eso pide control en el acceso de los menores a los móviles. «No lleva a ningún sitio regalar a un niño que tiene nueve años un smartphone por su Comunión», aconseja, «todo tiene su tiempo». Insiste en que los móviles son también un vehículo de delincuencia, de acoso entre iguales, pero también de la actuación de depredadores mayores de edad».
El 65% de los delitos más graves son por agresión sexual
Es cuanto menos preocupante el aumento de los delitos contra la libertad sexual. En 2023 hubo un total de 956. De esta cifra, las agresiones sexuales representan 569 delitos, lo que significa que se han duplicado en un año. Fernández comenta que son el 65 por ciento de los delitos graves, es decir, de aquellos que tienen una pena de más de nueve años.
Cuenta que en el esquema tipo la víctima suele ser un menos, sobre todo una niña, y se produce en el ámbito familiar y de manera continuada. Hay muchos ejemplos en los que esa agresión sexual la comete la nueva pareja sentimental de la madre y a veces no aflora hasta que la niña se lo acaba confensando a lo mejor a la hermana o a una profesora cuando ya se vienen repitiendo desde hace años. «Se traduce en una realidad criminológica, que debemos intentar revertir», apunta, «han desbancado a otras tipologías como los homicidios o delitos de tráfico de drogas agravados».
La memoria recoge que el pasado año hubo 45 homicidios y asesinatos, lo que supone una bajada del 29 por ciento y otros 33 homicidios imprudentes, lo que representa una reducción del 13 por ciento.