La cabecera del Tajo podría no remontar hasta la primavera

L.G.E.
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El informe técnico sobre el Tajo-Segura avisa de que a partir de diciembre los embalses no van a tener ni para llegar a los 20 hectómetros cúbicos que se pueden trasvasar al mes

Así lucía Entrepeñas justo en la primavera pasada - Foto: Javier Pozo

Desde que comenzó el verano los embalses de la cabecera del Tajo, que es de donde sale el trasvase al Segura, están en situación hidrológica excepcional. Y parece que así van a seguir como mínimo hasta la primavera, bajando progresivamente las reservas durante el otoño y el invierno. Es la previsión que hace el informe técnico que acompaña mes a mes las reuniones de la Comisión de Explotación del Tajo-Segura. El último, el que se elaboró para el trasvase de septiembre, apunta un escenario en el que a partir de diciembre ya no habrá suficiente agua como para que se puedan trasvasar 20 hectómetros cúbicos al mes. Es más, este invierno las reservas de Entrepeñas y Buendía podrían rozar la barrera no trasvasable, que está en los 400 hectómetros cúbicos. 

Ni una quinta parte de su capacidad

Según los datos del SAIH (el Sistema Automatizado de Información Hidrológica), Entrepeñas y Buendía tienen en estos momentos embalsados 492 hectómetros cúbicos, una cifra que no llega ni a una quinta parte de su capacidad.

La previsión que hacía el informe técnico del Cedex apunta que la cabecera del Tajo empezaría octubre con 456,1 hectómetros cúbicos. El informe está acertando a la hora de calcular que cada semana las reservas van bajando, pero parece que el dato no va a ser tan malo. Hay que recordar que en este mes se ha aprobado un trasvase de 15 hectómetros cúbicos al Segura, hay que sumar que la propia cuenca del Tajo precisa un desembalse de 39 hectómetros cúbicos y que se perderán unos cinco hectómetros cúbicos por evaporación. La aportación que se prevé para este mes no compensaba, pues se esperaban 18,3 hectómetros cúbicos. Seguramente estos datos de aportaciones habrán subido con los episodios de lluvias.

El informe avisa de que el nivel de agua seguirá bajando en octubre, pues prevé que Entrepeñas y Buendía arranquen el siguiente mes, el de noviembre, con 429,9 hectómetros cúbicos. Esta tendencia seguiría en diciembre, con 416 hectómetros cúbicos.

Un trimestre cerca de cerrar el grifo

En el último mes del año ya se estaría cerca de la barrera no trasvasable, que implica cerrar el grifo del acueducto. De hecho, con ese volumen en los embalses no daría para que se aprobase un trasvase mensual de 20 hectómetros cúbicos, que es lo que se permite como máximo cuando los pantanos están en situación hidrológica excepcional. Como mucho sería de 16, aunque resultaría extraño que el Ministerio autorizase una derivación así estando los embalses tan bajos. 

En todo el invierno la situación no remontaría. El informe calcula unas reservas de 413 hectómetros cúbicos el primer mes del año y de 414 ,9 el segundo. Todo un trimestre en el filo de la navaja. 

 

El año menos trasvasista del lustro.

Con ese panorama que hay por delante, el Tajo va a echar mucho en falta toda el agua que se ha ido llevando al Segura durante el último año hidrológico, que termina a finales de este mes de septiembre. En total han sido 218 hectómetros cúbicos los que se han mandado a través del acueducto. Destacan por su volumen todos los trasvases de 27 hectómetros cúbicos al mes que se hicieron desde febrero a mayo. En el lado contrario, los meses en los que menos agua salió de la cabecera fueron octubre y noviembre de 2022, con 7,5 hectómetros cúbicos en cada caso.

El año hidrológico que ahora termina, el de 2022-23 ha sido el menos trasvasista del último lustro. Tanto en el 2018-19 como en el 2020-21 se superaron los 300 hectómetros cúbicos al año y en el 2019-20 se quedaron cerca. En el año hidrológico anterior al actual, el 2021-22 ya empezó a bajar el volumen total derivado al año, con 237,5 hectómetros cúbicos.

Sin embargo, si se compara con los datos de la última década, el año hidrológico en el que menos agua se trasvasó fue el 2016-17, con 142 hectómetros cúbicos. Afectó el hecho de que desde junio de 2017 a marzo de 2018 las reservas de la cabecera del Tajo estuvieran por debajo de los 400 hectómetros cúbicos y no se pudieran aprobar derivaciones. El año más trasvasista de la década fue el 2013-2014, cuando se llegó a los 486 hectómetros cúbicos.