El Ministerio de Agricultura y los representantes de la mesa sectorial del vacuno de leche mantuvieron hace unos días un encuentro en el que constataron una mejora en los márgenes de la actividad productora del vacuno de leche, tras unos años complicados, aunque los costes se mantienen todavía en niveles altos. En concreto, se observa una estabilización en los gastos energéticos y de alimentación de los animales, que son los que más peso tienen en la actividad de este sector, aunque el Ministerio mantendrá un seguimiento constante de la situación de los mercados exteriores ante las incertidumbres del contexto geopolítico actual. En cualquier caso esta estabilización de costes no es la panacea para los ganaderos, que siguen en la cuerda floja.
La directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Esperanza Orellana, presidió la reunión de esta mesa sectorial, en la que se analizó la evolución de los principales indicadores del mercado para tener una visión más precisa de la situación actual del sector. Orellana recordó que, para paliar las dificultades por las que atravesó el sector ganadero en 2022 y 2023 como consecuencia del incremento de costes derivados de la guerra en Ucrania y la extrema sequía, el Ministerio puso en marcha un paquete de ayudas a los productores de leche de vaca valoradas en 140,4 millones de euros, que ya han sido abonadas en su totalidad.
Asimismo, en la reunión se analizó el comportamiento de los precios percibidos por los ganaderos, que descienden desde el mes de marzo después de marcar registros históricos en 2022. Desde enero de este año, las cotizaciones se sitúan por encima del precio medio de la Unión Europea, una circunstancia a la que la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) achacó la pérdida de competitividad del sector de la industria hace unas semanas. El sector temía que esta acusación fuera la excusa para tratar de bajar los precios en origen, pero al parecer, y afortunadamente para los ganaderos, las ofertas que se están recibiendo dejan los precios igual que actualmente, a pesar de que se temía que las propuestas de las industrias rebajaran en dos o tres céntimos las cantidades en vigor.
En relación con la evolución de la producción de leche, los datos disponibles de 2023 (enero a septiembre) reflejan una disminución en este ámbito, tendencia que se inició en 2022 tras los incrementos registrados desde que finalizó el régimen de cuota láctea, en marzo de 2015. Aunque la directora general ha precisado que, en el conjunto de la Unión Europea, se ha producido un ligero repunte de la producción láctea, el caso del sector lácteo español es paradójico: la leche es un producto básico de la cesta de la compra del que España es deficitaria; a pesar de ello, los ganaderos llevan décadas sufriendo una gravísima crisis de rentabilidad por los bajos precios pagados por las industrias y motivados por la gran distribución, lo que ha provocado el cierre de más de 3.000 granjas en los últimos cinco años. Durante ese periodo y hasta hace unos meses la producción se mantenía o incluso crecía ligeramente por el aumento de tamaño de las explotaciones que resistían, pero ya ha comenzado a reducirse.
Por lo que se refiere al mercado exterior, el saldo comercial (exportaciones menos importaciones) del sector lácteo español sigue siendo negativo en el año 2023, con descensos en las transacciones de ambos tipos.
Por otro lado, la mesa sectorial ha pasado revista a un informe basado en la información de los paneles de consumo del Ministerio de Agricultura de cuyo análisis se puede concluir que el consumo de leche y productos lácteos en España en 2022 presenta una tendencia descendente, en particular en los hogares. Además, se ha anunciado la próxima publicación de los informes relacionados con el sector lácteo (vacuno, ovino y caprino) en un nuevo formato, interactivo y mucho más dinámico, que va a permitir a ganaderos, industria y a la sociedad en general disponer de información más detallada y actualizada.