El pasado 18 de septiembre, Joaquín Romera, diputado provincial, concejal en Yunclillos, vicesecretario de Organización del PP en Toledo y vicepresidente de la Diputación sufrió un ictus. Su recuperación ha sido excelente, vuelve con energías renovadas a sus funciones y con el bagaje de una experiencia que te cambia la vida.
¿Qué tal la vuelta a la vida política tras sufrir un ictus?
La vuelta a la política al final es la vuelta a mi vida. Parte de mi vida es la política. Pero, lógicamente, vuelvo de otra forma a cómo me fui. Me fui de forma brusca. Una médica del hospital me contó que esto (un ictus) es como un cataclismo en la cabeza. Efectivamente, es así. Y yo he tenido la suerte de que mi cuerpo ha respondido bien, de que el coágulo se ha ido resolviendo, que tengo toda la memoria intacta, todo el habla y el sentido del humor incluso mejor. Y, ¿la vuelta? Pues con mucha ilusión. Pero siempre sabiendo que aprendí mucho en algunos momentos. Le dediqué mucho tiempo, muchos desvelos. Y ahora habrá que dedicarlos, pero sabiendo que el cuerpo te pide ir a otro ritmo. Darle menos vueltas.
«Involucraremos a todos los ayuntamientos en la Capitalidad» - Foto: Yolanda Lancha¿Le ha cambiado mucho la vida?
Totalmente. Me ha dejado paralizado medio cuerpo. Y aunque estoy recuperando bastante bien, llevas una parte de tu cuerpo arrastras con la otra. Es decir, que cada minuto de tu vida te estás acordando de lo que te ha pasado. Y eso te hace otros hábitos, horarios, costumbres, comidas... hasta trabajo. Y sobre todo, saber que está la familia, a la que tienes que darle un poquito más de prioridad, que antes la había dejado de lado.
La importancia de la familia frente a las urgencias del trabajo.
Sí, al final vivimos para el trabajo o trabajamos para vivir. En este caso el trabajo gratifica muchísimo. Sobre todo cuando te dedicas a servir a la gente. Porque yo, inevitablemente, llevo 30 años dedicándome a la política, aparte de mis trabajos profesionales. Y tengo una vocación de servicio público que está por encima de todo. Entonces, esa vocación está unida a una moralidad que tengo fuerte y que se puede compaginar de manera maravillosa con la familia.
Ahora sonrío más, cada momento del día es maravilloso. La gente me ve sonreír y yo quiero ver sonreír a la gente. A la gente que trabaja conmigo día a día les pregunto que si están a gusto, si están felices. Porque si una persona que está conmigo es feliz trabajando, va a trabajar de maravilla. Eso antes de irme no pasaba. A lo mejor tenía otra forma de actuar. Ahora tengo más sensibilidad. Regreso de mi recuperación con mucha más sensibilidad, mucha más empatía con todo el mundo. Y, bueno, pues espero que me ayude.
Puede ser una herramienta muy útil a la vida política.
Voy a ocupar un espacio que sufren 120.000 personas al año en España, que es un ictus. Es decir, soy una persona que me dedico al servicio público y que ha sufrido un ictus. Y que, gracias a Dios, se está recuperando y está volviendo a prestar un servicio, pero que identifica esa parte de la sociedad que sufre esto. Al final tiene que servir para que la gente vea cómo una persona puede sufrir esto y que con esto se vive, que de esto se sale, que hay que disfrutar día a día. Y ver lo positivo.
¿Llegó a pensar en la muerte?
No me enteré. Le he dicho a mis más cercanos que si yo llego a morir no me hubiese enterado. Parece ser que la situación fue grave, muy grave. Pasé casi una semana en la UVI del hospital y el cuerpo respondió, y los facultativos se portaron de maravilla. Un mes después de estar en el hospital de rehabilitación fui consciente de que pude morirme. Y fui consciente de la cara de la gente que venía a verme. Era un dramón. O sea, yo veía a la gente muy seria. Yo, pues lógicamente, pedía mi móvil, mi ordenador, quería hablar, quería hacer cosas... Y la gente tenía en la cabeza que yo podía fallecer. Yo no era consciente. Y ahora valoro mucho más a esa gente que ha estado conmigo cerca; a mis padres, a mi mujer, a mis hijos y a mis amigos más cercanos que han estado ahí.
Lo mal que lo tienen que haber pasado. Porque yo no lo he pasado mal. Yo al final fui un poco más inconsciente de la situación. Pero bueno, una vez que ya te ves y eres consciente de lo que te ha pasado te voy a decir una cosa: no he perdido un solo minuto mirando atrás. No he perdido un minuto diciendo: ¡Qué desgracia me ha pasado! No. Es perder el tiempo. Hay que mirar siempre hacia adelante. Y en esto, o miras hacia adelante o te quedas.
¿Y la diputación? Seis meses después, ¿cómo se la ha encontrado?
La Diputación es una institución magnífica que asiste a todos los pueblos de la provincia de manera ejemplar. Si no fuera por ella, muchos pueblos no tendrían servicios ni recursos. Y bueno, aquí puedes faltar seis meses y esto sigue funcionando. Para mí ha sido muy gratificante el volver, el llegar andando. La gente preveía que podía llegar en silla de ruedas. No, yo quise llegar andando. Y sobre todo destaco el cariño que me han dispensado. No solamente compañeros, sino todos los trabajadores de la casa. Ha habido días que he entrado emocionado, se arremolinaban a mi lado decenas de personas simplemente a preguntarme o abrazarme, a darme un beso y preguntarme cómo estaba. Yo soy un político en la casa, estoy de paso. Y, para mí, eso me llena mucho como persona. Yo también los aprecio muchísimo, porque me gusta mucho el tratar a la gente de manera humana. Y la Diputación tiene un plus por encima de otros sitios donde la gente es maravillosa, trabaja de maravilla, atiende a los pueblos...
¿Se trabaja mejor en la Diputación que en el Ayuntamiento de Toledo, donde también ha estado?
Yo he estado en la oposición en el Ayuntamiento, es distinto. Ahora estoy en fase de gestión. Ahora estás gestionando los recursos públicos y lo tienes que hacer de manera equitativa. Tienes que saber que tu partido político lleva ocho años sin pisar la Diputación, que ha habido una gestión del Partido Socialista, y que la Diputación se gestiona para todos los pueblos.
¿Qué tal la relación con Vox?
Es un compañero leal de viaje, donde hay un entendimiento total en todos los asuntos importantes que se llevan. Nos apoyan en todo y ellos tienen además una libertad total en sus áreas para trabajar. O sea, hay una buena sintonía.
¿Y con el Partido Socialista?
Pues de igual manera. Los miembros de la Diputación no se eligen por parte de los ciudadanos, estamos en representación de los partidos políticos, y tiene que haber una muy buena sintonía. Porque, además, ellos representan a casi la mitad de los municipios de la provincia. Entonces, todos deben estar atendidos. Y hay una muy buena relación con los diputados y sobre todo con el presidente y la portavoz del PSOE, que asiduamente cambiamos impresiones, nos reunimos y valoramos situaciones sobre las que tenemos que ir conjuntamente tomando decisiones.
¿Y con la Junta?
Tienen muchos planes que compartimos. Lo que hacemos muchas veces es poner recursos económicos nosotros en planes de la Junta. O, incluso, algunas veces asumimos competencias impropias, que estamos con mucho gusto asumiendo por el bien de los vecinos de nuestra provincia. Pero hay una relación afable con todo. La Diputación es una administración amable, muy amable.
¿Qué le parece el canon del agua?
Es una imposición que vamos a pagar todos por igual, y que creo que no llega en el mejor momento. En lugar de llegar a la fase de imponer, hay que tomar medidas antes. Hay que ver, aunque tengamos ciertas indicaciones de la Comunidad Europea, que muchas veces los propios estados tienen posibilidad de adecuarlo, amortiguarlo. Y aquí, los que van a salir perjudicados de esto, como siempre, van a ser los ciudadanos.
¿Existe en la provincia de Toledo un problema de agua?
El otro día empezaron a evacuar 100 metros cúbicos por segundo en el embalse de Torcón. Yo creo que hoy en día no, pero en cuanto esta España tiene unos ciclos climatológicos tan controvertidos, y empiece a tener otro periodo de sequía o de no llover, nos lo podemos encontrar. De abastecimiento de agua, de beber potable, no. El propio Torcón, fíjate, nos ha servido para tirar de él cuando Picadas sufrió los cortes. ¡Bendito sea el Torcón! Ahora mismo, la provincia de Toledo no tiene un problema de abastecimiento de agua.
¿Y la situación del río Tajo? ¿Qué le parece?
No soy yo el más adecuado para opinar. Soy un mero concejal de Yunclillos en la Diputación de Toledo que en sus 49 años de vida lleva oyendo hablar del Tajo. El Tajo está igual que cuando yo era pequeño. Aquí se prometió que nos íbamos a bañar y se quedó en promesas. Al final lo que tenemos que buscar entre todos es concienciarnos con el medioambiente y, principalmente, con nuestro río Tajo, que es vida.
Como vicepresidente de la Diputación, ¿qué radiografía hace de los municipios de la provincia? ¿Cuáles son sus principales problemáticas?
Los ayuntamientos, desde la Diputación, tienen un soporte importantísimo porque hay ayuntamientos pequeños que si no tienen los planes provinciales, los planes de inversión municipal o los planes de gasto corriente, no pueden subsistir. En este caso no te puedo decir que haya una problemática común, hay una problemática según sea el municipio. La Sagra ahora mismo es una zona donde hay un desarrollo tremendo, es de las zonas con mayor desarrollo de España, donde los ayuntamientos tienen un potencial tremendo de desarrollo, tanto urbanístico como industrial. Eso es lo que genera muchos ingresos, muchos servicios y al final tenemos que estar todos a una.
Y luego hay zonas con problemas de despoblación, y es un problema que tenemos que atajar de manera común todas las administraciones. Nosotros vamos a poner nuestra parte, pero creo que es una cosa demasiado seria para que cada administración coja su espada y empiece a luchar por su lado: hoy yo propongo esto, mañana tú propones lo otro... Al final tiene que haber políticas comunes. Ya no te digo en la provincia o en la región, es un problema español. En todo el país donde se habla mucho de la España vaciada, pero hay que sentarse y, sobre todo, hablar con la gente que está en la España vaciada. Desde una ciudad, viviendo con una comodidad tremenda, tampoco se puede hablar o opinar sobre la España vaciada. Yo creo que la gente que vive en los pueblos más pequeños son los que tienen que decirnos de verdad qué hace falta para asentar población. Y ahí las diputaciones juegan un papel trascendental porque son las que están en el terreno.
Nosotros tenemos, por ejemplo, una red de mil kilómetros de carreteras. Nosotros tenemos además servicios provinciales de todo. En pueblos como Illan de Vacas, con cuatro habitantes, tienen servicios gracias a la Diputación. Pero luego hay pueblos de 40, 70, 30 habitantes, donde gracias a que la Diputación les puede parchear, bachear, acceder proyectos con arquitectura, proyectos de ingeniería... pueden salir adelante. Entonces, muchas veces hay que ayudar para que no se despueblen los pueblos pequeños. Principalmente, para solucionar la despoblación muchas veces es algo tan básico como llevar gente allí y para que la gente vaya tiene que tener trabajo desde la Diputación y desde las pymes.
El turismo es otro potencial, pero al final es una cosa muy puntual. Lo importante es que habría que intentar que no subiera la media edad de la gente de los pueblos.
Este pasado mes de febrero se ha rozado casi el récord de la serie histórica, con más de 91.000 pernoctaciones en la provincia de Toledo. ¿Qué proyectos maneja la Diputación para mejorar estos datos?
El servicio de turismo es un servicio muy potente. Hay que incidir en hacer campañas turísticas como la de Fitur, donde la Junta cuenta con un apoyo muy grande de las diputaciones. Farcama, donde somos patronos importantes. Y luego apoyamos todas las ferias turísticas que se realizan en la provincia en muchos municipios. Pero, sobre todo, vamos a dar una vuelta y potenciar los puntos de información turística de la provincia con un criterio objetivo. Es decir, en municipios donde la gente va a visitarlos por turismo, y hacer de ello puntos de referencia que cada uno de los ayuntamientos gestione con la ayuda de la Diputación y que donde tengan información de todo aquello que el visitante pueda hacer. No solamente para estar, sino para volver o para contar que se puede volver a nuestra provincia. Tenemos una provincia donde podemos hacer de todo, donde en el último Fitur potenciamos los observadores astronómicos. Las rutas de senderismo que se están potenciando. Tenemos centros de interpretación importantísimos de más de medio millón de euros de inversión en Lagartera para hacer un centro de interpretación de lo que es la artesanía, donde se va a cuidar con esos proyectos la utilización de vehículos eléctricos para intentar que se contamine menos, donde se arreglan senderos para que aquella gente que quiera disfrutar de zonas tan interesantes como los Montes de Toledo o la zona sur de Gredos, pueda disfrutar de ella o la propia Campana de Oropesa...
Al final son muchos proyectos y, sobre todo, mantener lo que tenemos, porque aparte de tener una ciudad magnífica, que es el motor no solamente de la provincia sino de la región, que es Toledo turísticamente, tenemos municipios que de por sí la gente viene a verlos. Entonces, no tenemos que abandonar el turismo porque al final es parte de la riqueza de esta provincia.
Y con Ciudad de Vascos, ¿qué va a pasar?
Ciudad de Vascos es un yacimiento en una finca particular donde se han hecho un montón de inversiones y donde las competencias de arqueología, y en este caso de yacimientos, las tiene la Junta. La Diputación en su día tenía un proyecto, pero cambió de sentido político y se desechó ese proyecto. Tiene que ser un acuerdo global entre administraciones. Ciudad de Vascos, como te he comentado antes, no puede abanderarse por un ayuntamiento, por la Diputación, por la Junta o por el Estado. Si ese yacimiento se tiene que potenciar es con interés por parte de todas las administraciones. No podemos pasarnos otra vez otros cuatro años tirándonos piedras unos a otros y echarnos en cara cosas innecesarias en vez de mirar hacia delante.
El PSOE les critica mucho con Ciudad de Vascos.
Lo que no han solucionado ellos en ocho años, que no quieran que lo solucionemos en ocho meses que llevamos.
Hablando de colaboración entre administraciones, ¿el Parque Municipal de Bomberos de Toledo se va a integrar algún día en el Consorcio Provincial de Extinción de Incendios?
No tenemos conocimiento de ello. La verdad es que el servicio del Consorcio de Extinción de Incendios de la provincia de Toledo es un músculo tremendo. Tenemos más de 300 efectivos, con unos profesionales magníficos, con unos medios tecnológicos de última generación y con parques móviles de parques de bomberos. Pero para integrar tiene que haber voluntad. La Diputación de Toledo nunca se ha opuesto a ninguna voluntad, como pasó en la legislatura pasada con la integración del Parque de Talavera. Estudiándolo y existiendo voluntad por parte de las dos administraciones, todo podría salir adelante. No hay ninguna propuesta. Pero cuando haya algo serio encima de la mesa, se puede estudiar todo; y todo tiene solución.
Qué le parece cómo van los proyectos del AVE a Lisboa, o el tercer carril de la A-5 o la A-42.
Sería muy cruel ponerte en contra de proyectos tan interesantes. Pero para ello tiene que haber proyectos firmes y crédito suficiente para hacerlos.
¿Qué tal la relación con las principales ciudades de la provincia? Toledo, Talavera, Illescas y Seseña.
Como entenderás, con Toledo, Talavera y Seseña, por afinidad política, muy bien. Y con Illescas, pues perfecto. La Diputación creo que no se lleva mal con ninguna ciudad, al contrario. Hay una apuesta importantísima de la diputación en ayudar a los ayuntamientos pequeños, pero no hay que olvidar a los grandes. Estabas hablando antes del servicio de bomberos. Hay ciudades como Seseña e Illescas que, por población, tenían que tener un servicio de bomberos y, al final, la Diputación asume ese servicio con su Consorcio.
De Talavera te puedo decir que seguimos manteniendo la mayoría de los convenios e inversiones importantes. Se hace un apoyo muy importante al turismo en Talavera, a la artesanía en Talavera, al recinto ferial en Talavera...
Y en Toledo esta legislatura queremos cambiar la dinámica, porque al final estamos para ayudar, pero tenemos que saber que el motor de esta provincia es Toledo. Tienen un proyecto muy importante en el que la Diputación debe aportar todo lo que sea necesario, que es la Capitalidad Europea de la Cultura. Creo que va a ser importantísimo para la provincia, y por eso debemos estar apoyándola. Va a ser bueno para los municipios de la provincia. ¿Por qué? Porque va a ser capaz de absorber todo lo que va a traer esa capitalidad si se consigue.
Tiene rivales muy duros.
A lo mejor va a sorprender si la Diputación da un paso adelante, porque al final cuando empiecen a llegar visitantes a la ciudad van a ser visitantes para toda la periferia y para toda la provincia. Toda esa gente que va a venir si conseguimos la Capitalidad es potencial para la provincia. Por eso la Diputación va a estar de manera muy importante y vamos a involucrar a los ayuntamientos de la provincia para que apoyen de manera expresa la Capitalidad Europea de la Cultura para Toledo. Vamos a intentar hacerlos cómplices del Ayuntamiento de Toledo porque todos juntos podemos conseguir un potencial tremendo.