La Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha ha evolucionado mucho desde que vio la luz en 1980. Y sus cifras de visitantes mucho más.
En esos 33 años de vida, la media de asistentes a la muestra tiene que situarse en torno a las cien mil personas por edición, unas cifras que más o menos se superaron desde la consolidación de la Feria, pero que han caído en picado desde que el actual Gobierno de la Junta se encarga, tal y como aseguran, de llevar un recuento electrónico de las entradas.
Y es que, si bajo la gestión de la Federación Regional de Artesanos de Castilla-La Mancha (Fracaman) y la supervisión del anterior Gobierno socialista, las cifras en los últimos 9 años han fluctuado entre los 120.000 asistentes de 2004 a los 129.812 de 2010, desde que en 2012 el PP se encargó de realizar el recuento los visitantes cayeron hasta los 24.118 de 2012 a los 56.779 de este último año. Una, cuanto menos, curiosa diferencia que no hace más que alimentar la guerra de cifras que se ha abierto entre ambas formaciones políticas.
Entre medias destaca también los datos de asistencia del 2011, un año en el que Fracaman se encargó de las entradas bajo la tutela del actual Gobierno regional, y en el que se cifró el número de visitantes en los 131.354, que superaba a la edición de 2010.
De esta forma, la exactitud en el número de visitantes a Farcama está cuanto menos en entredicho después de 33 años de historia y se abre ahora el debate de si verdaderamente la cifra ha caído estrepitosamente, como defienden desde el PSOE, o se trata de un asunto de falta de control que se ha corregido con un sistema de acceso electrónico por lectura de código de barras.
Mientras tanto, no hay más que mirar los datos ofrecidos en los últimos nueve años para comprobar que las cifras no cuadran con unos y con otros. El Patronato Rector que gestiona la celebración de Farcama, y en el que están representados artesanos y políticos de ambos bandos, tiene la clave para poner luz en todo el asunto y esclarecer si Farcama goza o no de buena salud.