«En Toledo no se han presentado edificios de este porte en ninguna zona, con muros entre los 2,4 y los 1,3 metros de anchura, y una secuencia entre los siglos VI y VII. A pesar de lo destruido que nos ha llegado, se trata de edificios que superan en altura, dimensiones y extensión a complejos de esta época como los de Melque, Guarrazar o el pequeño palacio de los Hitos». De esta forma destaca el arqueólogo Antonio José Gómez Laguna los restos arqueológicos encontrados en agosto de 2001 en la zona que hoy ocupa la clínica privada de Fremap, en San Pedro el Verde. Una «arquitectura de poder» que «no tiene comparación en la ciudad de Toledo ni en la zona cercana a ella».
Gómez Laguna explica, en un artículo publicado en el blog de arte y arquitectura ‘Hombre de Palo’, que gracias a la pandemia, en esos primeros meses de parón mundial y confinamiento, pudo poner orden el archivo y las cajas de la oficina, logrando con ello una pequeña recompensa: la localización del diario de campo de las excavaciones realizadas entre los años 2001 y 2003 en San Pedro Verde 25 (Clínica Fremap; SPV 25).
Esas anotaciones manuscritas y fotos reveladas a la antigua usanza le han servido ahora al arqueólogo para plantear un trabajo más moderno, con una planimetría y estratigrafías exactas de los restos y una reconstrucción que le ha permitido dar forma al presumible palacio visigodo que se levantó en esa zona.
Reconstruyen el Palacio Real Visigodo de Toledo ¿Oculta la Clínica Femap el Palacio Real Visigodo de Toledo? «Los indicios apuntan en esa dirección, pero aún queda mucho trabajo y estudios que realizar», afirma Gómez Laguna, que tiene claro que «datos de todo tipo: estratigráficos, materiales, sistemas constructivos, resultados de análisis (morteros, dataciones absolutas C-1)» le dan al Complejo Áulico Palatino de SPV 25 «un horizonte visigodo».
Con todo, los restos fueron destruidos en su mayor parte y, en otra, permanecen en el sótano de la Clínica Fremap, cuyas obras afectaron severamente a ese complejo monumental soterrado, oculto bajo una vaquería.
Sin ninguna información previa sobre su existencia, y antes de poder llevar a cabo una intervención arqueológica preventiva, una parte importante del complejo fue desmontado para construir el garaje de la clínica. Los restos quedaron aislados en dos zonas, al norte y sur del enorme vaciado, con muchas evidencias de haber sido afectados por un expolio masivo.
Un patrimonio oculto y perdido de la ciudad de Toledo y de su importante Vega Baja que ahora es rescatado de forma virtual mostrando a los ciudadanos la magestuosidad de esos enormes muros.
Artículo completo de Antonio Gómez Laguna aquí.