El sector del automóvil es uno de los que más se ha visto obligado a evolucionar en los últimos años como consecuencia de la legislación comunitaria que ha puesto fecha final a la venta de vehículos híbridos y de combustión a partir de 2035 en favor del motor eléctrico.
Se trata de una carrera sin precedentes que se caracterizó en los primeros años por turismos excesivamente caros, con una autonomía muy limitada y con un tiempo de recarga excesivamente alto comparado con el servicio de los modelos de combustión e híbridos.
La amenaza de las empresas de automoción chinas es manifiesta, puesto que casi duplican en ventas a las europeas y, de hecho, MG fue en 2023 la preferida en países como Alemania, Francia, Italia, España y el Reino Unido al acaparar siete de cada 10 entregas.
En este escenario, el desembarco masivo de los coches del gigante asiático en Europa no ha hecho más que empezar y solo en 2023 se vendieron en los países europeos 272.764 unidades, una buena parte de ellos con mecánicas eléctricas.
La competencia de turismos eléctricos del gigante asiático a precios próximos a los 20.000 euros ha desatado una guerra comercial internacional de rebajas y descuentos que tiene al sector con las espadas en alto para no perder la cuota de mercado y la hegemonía que han venido acaparando en las últimas décadas.
El punto de inflexión en este escenario globalizado lo ha marcado Tesla, la compañía estadounidense dirigida por Elon Musk que ha confirmado que a finales de 2025 sacará al mercado un nuevo modelo basado en una tecnología que está por encima de cualquier otra en el mundo. Se trata del proyecto Redwood, que saldrá a un precio que rondará los 25.000 dólares.
En los últimos meses, los fabricantes están realizando ajustes muy interesantes en sus coches eléctricos. De hecho, el líder del mercado eléctrico, Tesla, ha registrado un descuento en solo un año de unos 10.000 euros en los Model Y y 3, que si se suma el Plan Moves que ofrece España, se puede adquirir por unos 37.800 euros cuando hace un año superaba los 50.000 euros.
Por su parte, las marcas chinas también se han sumado a esta estrategia comercial de descuentos para ser competitivas y no quedarse a medias en plena fase de expansión tanto en Europa como en EEUU.
Las compañías del gigante asiático como, por ejemplo, MG y BYD, cuentan con la ventaja de haber llegado antes a la carrera del coche eléctrico, por lo que sus políticas comerciales pueden ser más agresivas.
El ejemplo de BYD confirma que la guerra de precios no ha hecho más que empezar. Así, ha anunciado que en su modelo con batería Atto 3 rebaja su coste en España en 2.000 euros que permitirá adquirirlo desde marzo en unos 36.000 euros, que si se aplica el Plan Moves se puede quedar en unos 27.800 euros.
Volkswagen, el segundo fabricante mundial después de Toyota, también se ha sumado a la política de ajustes en los modelos eléctricos. Así, al ID.3, le ha aplicado una rebaja de 4.000 euros para dejarlo en un precio de salida de 38.500 euros, casi un 10% menos si se compara con los 42.700 euros del año anterior. Y si se aplica el Plan Moves, se puede recortar su coste en otros 7.000 euros más. En los mismos términos se mueven también los modelos ID.4 que se pueden reservar desde 48.000 euros, casi 6.000 euros que con el precio inicial o el ID.5 que se ha rebajado 5.000 euros hasta dejarlo en 51.500, sin contar el Plan Moves.
Las estrategias de marcas muy implantadas en España como Citroën y Renault están dirigidas para poder competir con los precios de vehículos eléctricos que ronden los 20.000 euros aplicando las ayudas del Gobierno. De hecho, Citroën comercializa el e-C3 con una autonomía de 320 kilómetros por 23.800 euros sin ayudas y la firma del rombo lanzará este año el R5 por 25.000 euros y, en los próximos años, espera comercializar el sucesor del Twingo por menos de 20.000 euros.
Incertidumbre
El mercado del automóvil no es ajeno a las condiciones políticas y económicas y todo apunta a que los precios de los vehículos eléctricos van a ser aún más competitivos ante la guerra de descuentos abierta por los principales fabricantes.
El avance chino va a ser innegable en el momento que produzcan sus modelos en Europa, donde ya están inmersos en inversiones millonarias que han hecho saltar las alertas del resto de fabricantes que se están poniendo las pilas para no perder su hegemonía y rentabilidad.