España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por el cambio climático, con episodios meteorológicos cada vez más frecuentes y extremos en el territorio que repercute de una forma clara y directa en la disponibilidad de agua en un futuro en todos sus usos- ciudadanía, la industria y la agricultura- con una demanda cada vez mayor.
El contexto de escasez hídrica con el que convivimos no sólo plantea afecciones en cuanto a la disponibilidad del suministro del recurso, sino también en su calidad y, por ende, a la salud de los ecosistemas y las personas.
Ante esta situación, Aquona, empresa que forma parte del hub de conocimiento del agua, Agbar, y que presta servicios vinculados a la gestión sostenible de los recursos hídricos en más de 70 municipios de Castilla-La Mancha, lleva años trabajando en la primera línea de la lucha contra el cambio climático. La innovación y la digitalización constituyen las principales aliadas de la compañía que, a través de un proceso de transformación a todos los niveles, ha desplegado soluciones de adaptación y mitigación a los efectos del cambio climático. En definitiva, tecnología para descarbonizar, descontaminar y preservar el agua.
Placas Solares instaladas en la ecofactoría de Ciudad Real.Aquona lo hace diariamente en las redes y plantas de tratamiento que hacen posible que el agua llegue en perfectas condiciones a nuestros grifos y se regenere para tener una segunda vida o, en su defecto, se devuelva en perfectas condiciones al medio natural.
Monitorización y big data
La monitorización permite controlar en tiempo real los procesos que se llevan a cabo en la gestión del ciclo urbano del agua; se consigue con la instalación de sensores en cada una de las fases del ciclo. Un ejemplo claro es el trabajo que se hace en las plantas de tratamiento de agua donde la tecnología se emplea para llevar a cabo una monitorización en continuo de los parámetros principales de calidad del agua, así como de los diferentes procesos operacionales. Como explica el director de Operaciones de Aquona, José Antonio del Rey, «la información que nos ofrece la tecnología no solo nos permite anticiparnos en la toma de decisiones para asegurar la calidad y la continuidad del servicio». Del Rey, apunta que la transformación digital que han materializado en los últimos años va mucho más allá: «la tecnología y la digitalización suponen la clave para hacer la operación mucho más resiliente; se trata de afrontar episodios como la sequía con unos niveles de seguridad mucho más altos, en cuanto a lo que a disponibilidad y calidad de los recursos hídricos se refiere».
Optimización de los recursos hídricos
El proceso de digitalización que Aquona ha llevado a cabo no sólo se centra en las plantas de tratamiento de agua potable que gestiona. La transformación tecnológica ha abarcado el 100 % del ámbito operacional de la compañía, en donde las redes de distribución juegan un papel crucial a la hora de preservar el recurso. «El tener digitalizadas las redes de todos los municipios que gestionamos en Castilla-La Mancha nos permite predecir su comportamiento, controlar sus sectores, mantener la calidad del agua y prevenir posibles fugas», cuenta José Antonio del Rey.
La herramienta que ha hecho posible este hito se llama GIS Agua, la cual permite localizar geográficamente todos los elementos de las redes de distribución y alcantarillado.
Además de para controlar y optimizar en tiempo real indicadores como el caudal, la presión y la calidad del agua, la tecnología es esencial para incrementar la eficiencia energética e hidráulica de las redes. Por ello, la empresa ha puesto a disposición de los municipios una herramienta digital que, mediante sensores que supervisan el comportamiento hidráulico de las redes, permite la detección y prevención de fugas de agua, mejorando el rendimiento de la red y alargando su vida útil. Y es que la localización y búsqueda de fugas, así como la reducción del Agua No Registrada (ANR), es decir, la diferencia entre el agua suministrada al sistema y el volumen de agua registrada en los contadores de los usuarios que generalmente responde a consumos autorizados no medidos, fraudes y pérdidas físicas en la red, son dos focos desde donde combatir la pérdida de agua.
Vista exterior de la planta de Ciudad Real.En el primero de los casos, Aquona ha desarrollado e implantado en varios municipios la tecnología SoundWater, una aplicación de Inteligencia Artificial para smartphones que permite localizar fugas con gran precisión mediante la captura y el análisis del sonido que se capta en las redes de distribución, eliminando la posibilidad de fallo por la sensibilidad del oído humano. La apuesta por la eficiencia y la pérdida de agua se completa de la mano de la Inteligencia Artificial con un proyecto para detectar consumos anómalos.
Así mismo, la preservación del agua integra también el cuidado de los recursos hídricos subterráneos. Por ello, la compañía ha puesto en marcha un nuevo sistema para controlar el nivel de perforaciones y optimizar de esta forma el uso del agua subterránea. «Ya lo estamos haciendo en municipios como Campo de Criptana y Tobarra y, entre otras ventajas, nos permite anticiparnos a descensos del nivel freático», detalla el director de Operaciones de Aquona.
Por último, soluciones como Netplan en implantación en Ciudad Real, Campo de Criptana, Socuéllamos y Tobarra que, a través del Big Data recogido en las redes de distribución establece un diagnóstico de las mismas y unos planes de renovación, se complementan con el trabajo en modelos matemáticos que los profesionales de Aquona llevan tiempo desarrollando para modelizar la red, con el fin de analizar su comportamiento en cuanto a presión de población con horizonte de 20 años, así como a optimización de la gestión de los diferentes recursos hídricos.
José Antonio del Rey, director de Operaciones de Aquona.Respecto a las redes de saneamiento, GIS Agua ha sido el punto de partida de otros desarrollos tecnológicos para, por ejemplo, la planificación y gestión de las redes de saneamiento. Aquona ha desarrollado la aplicación GALIA para la limpieza optimizada de las redes de saneamiento. En la región, capitales de provincia como Ciudad Real cuentan con esta herramienta, así como en el resto de municipios donde se gestiona la red de alcantarillado como Daimiel, Almagro, Malagón, Brazatortas, Abenójar, Granátula de Calatrava, Sta. Cruz de Mudela, Villamayor de Calatrava, e Hinojosas de Calatrava.
Todas estas innovaciones encuentran su razón de ser en el empeño de Aquona por «mejorar nuestro servicio y garantizar que podremos satisfacer las necesidades presentes y futuras respecto a los recursos hídricos», indica del Rey.
Economía circular
Sin embargo, la escasez de agua no es el único de los efectos que trae consigo el cambio climático. Se ha demostrado que los sistemas actuales de producción y consumo son nocivos para el medio ambiente, agravando la crisis climática actual y alertando sobre la urgencia de adoptar un modelo de economía circular que imite a la naturaleza y donde desaparezca el concepto de residuo.
En este sentido, la economía circular cobra una especial importancia en el marco de soluciones que Aquona ha desplegado encaminadas a la lucha contra el cambio climático.
Las plantas de tratamiento de agua avanzan hacia la autosuficiencia energética gracias a la producción de energía para su autoconsumo. En concreto, Aquona ha instalado placas solares que, además de abastecer de energía a la operación de la planta, ha evitado la emisión de más de 365 toneladas de gases de efecto invernadero en los últimos tres años. A las dos instalaciones que existían en Ciudad Real, se han unido otras dos en Campo de Criptana, que ya tienen habilitadas placas solares en las instalaciones de tratamiento.
En el marco de la economía circular, uno de los proyectos pioneros es la transformación de las depuradoras tradicionales en ecofactorías, un modelo reconocido por Naciones Unidas como proyecto destacado en la lucha contra el cambio climático. El objetivo es regenerar agua para nuevos usos (riego agrícola, etc.), valorizar los residuos para nuevos recursos (por ejemplo, los lodos de depuración se valorizan como abono en agricultura), y producir energías renovables con el fin de conseguir el autoabastecimiento de la planta, generando un impacto positivo sobre el entorno. En Castilla-La Mancha, destaca la ecofactoría de Ciudad Real, en donde está plenamente operativo el proceso de digestión anaerobia de fangos, que permite la producción de biogás, que se aprovecha para producir cogeneración de energía eléctrica y energía calorífica para su uso en la propia instalación, entre otros avances.
En ese camino de conversión de las depuradoras en ecofactorías, la digitalización y la automatización constituyen factores cruciales para asegurar la calidad del vertido. «El sistema regula la operación en función de los parámetros medidos con los sensores, con la supervisión del personal», añade el director de Operaciones de Aquona. Createch es el nombre de la solución tecnológica basada en inteligencia artificial que Aquona ha implementado en las plantas de Ciudad Real y Malagón para llevar a cabo esa gestión sostenible y digital del agua residual.
Más digitales
La transformación digital que Aquona ha desplegado tiene una dimensión de 360º, siendo su propio equipo humano y sus clientes agentes activos del cambio, situándolos en el centro de su cultura digital. En el último año, la compañía ha desplegado una nueva forma de trabajo más digital y colaborativa que abarca a todos sus empleados, incluyendo a las personas que trabajan sobre el terreno, un colectivo en el que se ha trabajado especialmente en capacitación digital, con la ambición de conseguir el 100% de digitalización del mismo a final de año
Respecto a clientes, el proyecto Contigo, basado en dar respuesta personalizada a cada una de las necesidades de los clientes de la compañía, cuenta con una parte muy importante de digitalización en la que se han habilitado una multitud de canales de contacto como el Whatsapp, el servicio de cita previa con vídeo-llamada, el chatbot de la página web o la evolución del área de clientes de la web.
Según apuntan los expertos, el mundo está cambiando a una velocidad tan vertiginosa que en este siglo alcanzaremos el equivalente a 20.000 años de progreso y, en eso, la tecnología tiene un papel muy relevante para la sociedad y para empresas como Aquona «en donde trabajamos para contribuir a hacer las ciudades y municipios más resilientes a los efectos del cambio climático a través de una gestión, innovadora, sostenible y digital del recurso hídrico», finaliza José Antonio del Rey.