Noticias para la historia de Villarrubia de Santiago

José García Cano
-

Villarrubia se sitúa a diez leguas de Toledo y el lugar más cercano es Noblejas, teniendo el término municipal una circunferencia de seis leguas. Está distante del río Tajo a una legua mirando al norte y se pasaba con barca, no existiendo puente

Noticias para la historia de Villarrubia de Santiago

Esta semana nos vamos hasta Villarrubia de Santiago para recuperar las respuestas que la localidad remitió al geógrafo Tomás López en 1787. En la primera de ellas se afirma que era villa y pertenecía a la vicaría general de la ciudad de Toledo. No era cabeza de vicaría ni de partido y poseía una única parroquia titulada de San Bartolomé Apóstol, siendo este mismo santo el patrón de la villa; tampoco había convento alguno en la localidad. A una legua del lugar, junto al río Tajo y en un eminente risco está la magnífica ermita de Nuestra Señora del Castellar, con una antigüedad de unos 220 años (en 1787), cuya imagen -según la tradición- se apareció en un castillo que se llamaba Tormón. Este desaparecido castillo al que se refiere el documento, se trataba de una de las múltiples fortalezas que formaron parte de la línea defensiva del Tajo, como los de Oreja o Alarilla. Debió ser abandonado tras la Reconquista y en el mismo lugar se formó un núcleo de población llamado El Castellar, que finalmente también se despobló. El actual santuario del Castellar, como nos indica la página web del Ayuntamiento de Villarrubia de Santiago, se edificó en el siglo XIX sobre el mismo espacio que ocupó el castillo del Tormón y la antigua ermita. 

Villarrubia se sitúa a diez leguas de Toledo y el lugar más cercano es Noblejas, teniendo el término municipal una circunferencia de seis leguas. Está distante del río Tajo a una legua mirando al norte y se pasaba con barca, no existiendo puente en el término. Hay un pedazo de monte de mata parda a solano alto, y en el territorio de la encomienda de Biedma (o Biezma) había un soto con álamos blancos y negros. Se habla de otro soto en la encomienda de Villoria (que aún funcionaba como encomienda en 1576) que también tenía álamos blancos así como pasto para el ganado; ambos sotos caen hacia el norte y muy cercanos al rio Tajo. 

Sobre el origen de la villa, se apunta que pudo fundarse por un maestre de la orden de Santiago llamado don Pedro Arias, aunque realmente se sabe que la carta puebla del lugar fue otorgada en 1204 por el también maestre de Santiago don Hernán González de Marañón. Las armas de la villa estaban por aquel entonces en las puertas del ayuntamiento y tenían los siguientes elementos: «un león, un castillo, seis barras con tres lazos, tres flores de lis y como especie de tabla con sus dados». Encima de todo ello una corona.

Noticias para la historia de Villarrubia de SantiagoNoticias para la historia de Villarrubia de SantiagoSobre los hombres ilustres nacidos en Villarrubia de Santiago y destacados por sus méritos en las letras, encontramos a don Pedro Fernández Mudarra, caballero del hábito de Santiago, que fue capellán de honor de Carlos II; don Francisco Caro, general de la orden de San Bernardo; el reverendo padre fray Diego Sánchez Maldonado de la orden de San Bernardo, que fue abad y definidor de dicha orden; don Juan Sánchez de Pedro Luengo, maestre y canónigo que fue de la catedral de Osma; el doctor don fray Alonso Mudarra, del hábito de San Juan y prior de las iglesias de Villarta de San Juan y visitador general de dicha orden en los reinos de Castilla y León; el reverendo padre fray Antonio Gaspar Bermejo, teólogo que fue de la Universidad de Alcalá, miembro de la orden trinitaria y en aquel año 1787 era provincial de la citada orden en las dos castillas. 

Y algunos villarrubieros que destacaron en las armas fueron don Bernardo Arias Castellar, maestre de campo; Alonso de Aponte, capitán y sargento mayor de la milicia de Zamora y su partido; Alfonso Sánchez quien fue armado caballero en la vega de Granada el 26 de junio de 1483, a quien le dio el mismísimo rey la condición de nobleza para él y sus descendientes; don Alonso Castelar y Portillo, que fue sargento, alférez y capitán de infantería española en Italia y Flandes. 

Por lo que respecta a los productos de la tierra, en Villarrubia de Santiago se daba el trigo, la avena, la cebada y la aceituna. En el ramo industrial solo se cita una antigua fábrica de paños de la que no se sabía quién la fundó y dependía de la fábrica de Chinchón. Se informa que no había mercados ni ferias en la villa, pero sí un colegio de gramática que fundó don Francisco Pérez, cura que fue de la iglesia de Santa Justa y Rufina en Toledo. En este colegio los alumnos tenían cuatro horas de curso todos los días, dos por la mañana y dos por la tarde «en todos tiempos» y el sujeto que más se ha distinguido en ella es el citado padre fray Antonio Gaspar Bermejo.

Sobre los derechos municipales destacamos el privilegio de primera instancia en todas las causas y la mitad de oficios en el ayuntamiento. Había un hospital del que no había datos sobre su fundación, al que don José Sánchez del Corral le donó una porción de tierra y una casa en Villarrubia. No se tiene constancia de haber aguas minerales pero sí de una salina «de sal de piedra» en un risco por el que pasa el río Tajo. Se encuentra en el campo una hierba que llaman salvia, que masticada pone la lengua y músculos «con la apreciable articulación y expedición para pronunciar» y dicha salvia cocida en agua y luego ingerida ésta, es muy buena para el pecho y deja un gusto ligeramente amargo, pero apetecible. 

Como curiosidad, en 1786 haciendo obras en una casa de la villa, aparecieron unos libros arábigos, que fueron remitidos al padre provincial de los trinitarios calzados para que se estudiase su contenido, determinándose que se trataba del Corán de Mahoma y varias meditaciones para los días de la semana del mismo profeta, que fueron escritos «por un moro español». Posteriormente dichos libros se depositaron en el archivo del ayuntamiento de Villarrubia de Santiago y desconocemos si hoy siguen conservados allí. Todas estas respuestas las facilitó don Pedro Quijano, del hábito de Santiago, natural de Villarrubia de Santiago y profeso en el convento real de la villa de Vélez, además de cura párroco de la iglesia de San Bartolomé Apóstol. Con todos estos datos y con otros muchos que quedan en el tintero, se nos antoja obligada la visita a Villarrubia de Santiago para todos aquellos que quieran descubrir un interesante enclave de nuestra provincia repleto de historia y naturaleza. Recomendamos visitar las cuevas de Villarrubia y sobre todo, las de la Yedra, en pleno centro de la villa que no les dejarán indiferentes y nos demostrarán que hay mucho patrimonio oculto bajo las calles del lugar.