El alcalde de El Real, Jorge Martín, presenció por última vez a una familia de cigüeñas en su pueblo de la Sierra de San Vicente en 1994. Entonces, una reparación en la iglesia de Santa Catalina espantaba a estas aves del municipio. Desde entonces, han dimitido de volver a la torre. Ni a otro punto del pueblo.
Jorge se propuso hace un año corregir esta ausencia y pergeñó el regreso de las cigüeñas. Todo el pueblo se ha unido para hacer posible la construcción del nido artificial y la instalación, cuyo coste alcanzaba los 800 euros.
Los 74 niños del colegio de El Real de San Vicente (Centro Rural Agrupado Tierras de Viriato) remataron el miércoles un nido construido con un palé, cañizo, varas de sauce y sarmientos e instalado en el campanario; eso sí, días después de San Blas. El alcalde serrano se había apoyado en la Asociación Arrebol y Contrapunto Verde para devolver las cigüeñas y logró el respaldo de las asociaciones y las peñas del pueblo.
«Todos los pueblos de la comarca tienen cigüeñas, algunos incluso dos o tres nidos. Todos menos El Real», lamenta el alcalde de este municipio de unos 950 empadronados.
El programa infantil sobre la instalación del nido en el pueblo incluyó la narración de historias relacionadas con las cigüeñas que habitaron El Real de San Vicente. Los niños dejarán de recurrir a la imaginación para ver a estas aves sobrevolando su pueblo; posiblemente, contemplarán en breve el espectáculo de la naturaleza.