Apoltronado en la barra de un bar, buscando un auditorio a su alrededor o asaltando directamente al compañero de turno, ofrece su tesis doctoral, la que no te importa ni lo más mínimo, pero intuyes perfectamente. Siempre está dispuesto a hacer su tertulia particular, sea cual sea el tema de actualidad. Cuanta más ni puta idea tenga, mejor, porque así las cadenas de guasap le han calado más hondo. Por favor, si lo ha visto en un vídeo que le ha mandado el cuñado de su cuñado. Hay que joderse, pobrecito Alves la que le va a caer, ya no se puede hacer nada, va a haber que ir pidiendo que te firmen hasta para eso; ¿y la niñata que no tenía ni carrera (él tiene la del galgo, con escopeta) la que ha liado con el sí es no o el no es sí? El Falcon, todo el día derrochando para arriba y para abajo, mucho socialista, de boquilla. Vienen a quitar el trabajo. ETA. Sanchismo. Amnistía.
No se amedrenta con noticias sobre ciencia y salud; nos meten mierda en la comida, así no dejan de aumentar las enfermedades, ¡antes no había tanto de todo esto! Ojito con lo que nos inocularon (nuevo verbo, añadido a vocabulario) con la vacuna famosa en aquellos tiempos en que nos tuvieron secuestrados, vete tú a saber por qué. ¡Ah! Y nos fumigan, así pasa, ni una gota de lluvia, que está todo seco.
Salen las tractoradas por la tele y la apuesta está ganada. Está con ellos. Es gente de bien, de aquí, banderas de España, nos dan de comer. No le quitaré razón en eso pero espero la clase magistral: primera culpable, la Agenda 2030, que ni ha olido, como para haber leído, y que ni idea tiene de que no fue su amigo Sánchez quien firmó el acuerdo internacional, sino Rajoy, el M punto R punto, que no sé por qué, creo que le cae mejor; la manía de los progres de defender lo sostenible, lo verde, animalistas; los pesticidas, cuando toda la vida se han usado y aquí estamos, perfectamente… porque lo mejor del apoltronado opinador es que nunca se pregunta por qué, es que su radiografía social viene de fábrica y la aplica a cada hecho, le va sumando falacias y construyendo su mundo de buenos y malos y con cero reflexión y toda la osadía del que nunca duda, suelta su discurso, sin vergüenza alguna, donde sea. Así de fácil, así de peligroso.