Con el destino por escribir

Leticia Ortiz (SPC)
-

El nuevo lanzamiento de PlayStation viaja al Japón de finales del siglo XIX

Japón. Finales del siglo XIX. El shogunato Tokugawa está llegando a su fin. Y lo hace de manera convulsa por la colisión  de Oriente y Occidente que marcará una revolución en Japón. «Un momento de crisis existencial, histórica y muy dura para los japoneses», según asegura el profesor de Historia de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y experto en historia japonesa, Daniel Martínez, Dani Sensei. Esta agitación política se traslada al pueblo, lo que culminará con una guerra donde nuestro Ronin (un samurái sin amo o señor al que servir) seguir la pista de un misterioso personaje apodado El Demonio Azul. Este es el hilo conductor del videojuego Rise of the Ronin, el último exclusivo de PlayStation 5, que sucede en el catálogo de novedades al exitoso y celebrado Final Fantasy VII Rebirth. El esperado videojuego de acción y mundo abierto está desarrollado por el legendario estudio Team Ninja (Nioh, Ninja Gaiden).

Como samurái sin dueño, el jugador debe elegir con qué facción desea aliarse: Sabaku (a favor del shogunato), Tobaku (en contra del shogunato) y Obei (alineado con las fuerzas occidentales). Nuestro Ronin debe decidir también quiénes serán sus aliados en un camino que está por escribirse. Así, cada decisión que tomemos al frente de la pantalla marcará el curso de la historia que vivamos gracias a un nutrido sistema de opciones múltiples. 

De esta manera, en Rise of the Ronin, el jugador podrá dejarse embriagar por la belleza de Japón, contemplando además cómo «a las ciudades les estaba atropellando la modernidad», mientras forja su propio camino mediante un combate divertido y accesible, con niveles de complejidad adecuados para cualquier estilo de juego, complementados con una amplia selección de armas de toda clase. «El juego da muchísima libertad, tiene un montón de cosas que realizar, dado que el jugador explora las localizaciones, cómo funcionaban, a través de un sistema de combate en el que se puede coger armas japonesas», narra Sensei durante la presentación del juego a los medios en la sede de PlayStation.

Desmontar mitos

Precisamente durante la presentación de Rise of the Ronin, el historiador castellano-manchego deslumbró con su conocimiento de Japón, pero también de los videojuegos históricos relacionados o no con el mundo asiático. De hecho, definió este lanzamiento como un «Assassin's Creed de Japón para japoneses. Una maravilla». Además, utilizó su intervención en el evento para desmontar algunos tópicos que se tienen en Occidente: «Nunca existió ese dilema del samurái que repudiaba las armas de fuego. Nunca existió el dilema moral de cómo debes matar a alguien. Claro que tenían pistolas. Y cuando las recibieron les encantaron. Pensaron que con eso se mataba de lujo, y nunca se cuestionaron su uso». Y es que, según defendió, «Japón se disfruta más cuando dejas de idealizarlo porque vives la realidad de un país maravilloso». Sin descuidar ni un solo detalle, el evento organizado por PlayStation permitió viajar a Japón sin moverse de Madrid a través de la música y de la gastronomía. Además, una exhibición de artes marciales con diferentes armas, tan presentes en el juego. 

La presentación de ‘Rise of the Ronin’ nos trasladó por unas horas a la cultura nipona.
La presentación de ‘Rise of the Ronin’ nos trasladó por unas horas a la cultura nipona. - Foto: Juan Lázaro
Aunque los combates son la clave del juego, Rise of the Ronin es mucho más que la senda de la espada porque permite al jugador vivir la revolución cultural de la Japón del siglo XIX a través de un mundo abierto en el que conocerá «a las figuras clave que marcarán el curso de la historia y a los ciudadanos de a pie que buscan una luz que les guíe en la oscuridad», según señalan desde PlayStation. Y es que Team Ninja ha querido en esta ocasión cuidar al máximo todos los detalles narrativos, desde la historia a los personajes, pasando por los paisajes, para que el jugador se siente, de verdad, un Ronin que debe forjar su destino a cada paso, eligiendo a quién le da su lealtad o, llegado el caso, a quién le quita la vida.