Netflix estrena mañana los ocho episodios de Manual para señoritas, una serie creada por Gema R. Neira (La favorita 1922, Las chicas del cable) y María José Rustarazo (Velvet) y que muchos han comparado ya con Los Bridgerton. Consciente de esta inevitable similitud con la exitosa serie británica, tanto por su estética en tonos pastel como por el hecho de ser un romance de época, Neira aseguró que no es algo que le moleste, pero que, si bien ambas ficciones comparten público, los fans enseguida encontrarán diferencias muy patentes.
«Hace muchos años nos molestaba mucho que nos comparasen con cualquier cosa. Yo estos años he aprendido que buscar una referencia no tiene nada malo y sobre todo cuando esta es algo de tanto éxito», explicó la realizadora en una entrevista. En todo caso, Neira apuntó que Manual para señoritas aporta cosas diferentes a Los Bridgerton y tiene también un «código» distinto ya que, para empezar, es una comedia y, por tanto, «es más gamberra».
En cuanto a por qué el público se siente atraído por este tipo de series, Nadia de Santiago, que encarna a Elena Bianda, la dama de compañía más cotizada de todo Madrid, resaltó que «físicamente es muy bello, da lugar a la idealización». Mencionando además el «cortejo», -el tiempo que lleva el «proceso de seducción»-, los protagonistas coinciden en que actualmente se ha perdido el romanticismo. A este respecto, Isa Montalbán, que da vida a Cristina Mencía, la joven para la que la señorita Bianda debe buscar el marido ideal, señala una tendencia reciente de «intentar romantizar el día» y todo lo que se hace.
«Quizá ahora es como todo mucho más rápido, más efímero, sin ese ritual de cortejo o de esos tiempos que antes se tenía», observó por su parte Álvaro Mel, que en la ficción interpreta al principal pretendiente, añadiendo además que con las pantallas de por medio uno se siente «más protegido». «Se ha perdido un poco la inocencia, a lo mejor», añadió de Santiago, tras señalar cierta «vergüenza» a la hora de expresar los sentimientos.
Para Neira, sin embargo, no es tanto que el romanticismo se haya perdido, sino que la «época permite un tipo de historias que tienen un componente de amor imposible que en la actualidad es más complicado». «Por otro lado, creo que lo bonito y lo que queríamos también un poco contar con la serie es esta contradicción que estamos viviendo ahora mismo, que queremos, por un lado, romper con el amor romántico, pero por otro nos sigue encantando».
Deconstrucción
Sobre si pretendía romper con algún estereotipo del género de romance de época, la creadora reconoció que sobre todo con «el perfil de las mujeres», que en estas historias son «como flores intocables» a las que «se admira por su belleza». «Ponerlas de protagonistas era importante», aseveró.
Así, Neira pretendía conseguir «protagonistas más complejas, más actuales», que de alguna manera cumpliesen «roles que antes solo cumplían los hombres» y que pudiesen «ser mentirosas» o «aliarse para hacer planes inesperados».
Por otro lado, hablando sobre si actualmente sigue habiendo ciertas expectativas de cómo debe ser una señorita o un señorito, la realizadora opina que «por desgracia sigue habiendo de alguna manera un manual», aunque «es uno que estamos intentando romper». «Y por eso creo que también es importante hacer proyectos donde se rompan estereotipos», defendió.
Respecto a las expectativas que se han superado, Neira mencionó la de que la «aspiración de una mujer sea casarse», mientras que, por el contrario, afirmó que aún permanece «mucha presión social» sobre la maternidad.
Aparte de la conversación acerca de la mujer y lo que se espera de ella, la sociedad presentada por Manual para señoritas establece otros paralelismos con la actual. En este sentido, Montalbán indicó el querer «aparentar» o tratar de «dar una imagen», además de la preocupación por la opinión ajena.
Junto a los ya mencionados de Santiago, Montalbán y Mel, completan el reparto Zoe Bonafonte, Iratxe Emparán, Tristán Ulloa, Carloto Cotta, Paula Usero y María Barranco, entre otros.